Terapia de pareja: Construir un nosotros

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DSC_0656Para poder comprender el concepto de pareja es necesario tener en cuenta dos factores relevantes que en ocasiones pueden entenderse como contradictorios, a saber, la presencia de la propia realidad y las vivencias de cada miembro y la co-construcción de un mundo propio conjunto que dote de sentido e identidad a la diada.

Es evidente que los dos miembros de una pareja proceden de estilos de vida, experiencias, creencias, valores diferentes que determinan el modo de actuar, comportarse e incluso sentir de cada uno de ellos; no obstante, y a pesar de estas posibles diferencias, aquello que dota de consistencia, identidad y sentido a la pareja es la construcción conjunta de un nuevo espacio entre esos dos mundos en el que se incluyan modos concretos y propios.

En palabras de Robert Neuburguer esta construcción compartida favorece que la pareja sea “una fuente de identidad que permite a cada uno tener la sensación de que existe no solamente como padre o como madre (por ejemplo), sino también, y sobre todo, como hombre o como mujer” (2004).

Esta dificultad para crear un espacio o una entidad propia concerniente a ambos miembros de la pareja, es frecuente observarla en la práctica clínica, como uno de los principales motivos de consulta, lo cual se suele manifestar en la vida diaria de dichos miembros con desacuerdos habituales en diferentes ámbitos de la vida de la pareja; en estos casos no se ha construido algo nuevo, sino que más bien se ha tratado de que cada persona incorpore lo propio del otro, entendiéndolo como una suma no como una nueva operación.

Así pues, teniendo en cuenta lo referido además es necesario añadir que ese sentimiento de identidad logrado a través de la co-construcción facilita la aparición a su vez de un sentimiento de pertenencia a dicho sistema crucial para el mantenimiento de la relación, puesto que si un sujeto siente que pertenece a algo que él mismo a construido luchará por ello para que se sostenga y evolucione. Se entiende esta pertenencia como “el sentimiento que se tiene cuando se forma parte […] de un mismo grupo, sean cuales sean nuestros propios sentimientos con respecto a esa persona” (Robert Neuburguer).

Esta nueva entidad creada por los dos participantes se debe sostener sobre una base sólida en la que ambos expliciten y acuerden:

  • Las reglas de la pareja.
  • Los límites hacia afuera y hacia adentro de la pareja.
  • Los nuevos valores incluidos a partir de los ya existentes en el sistema conyugal.
  • Los estilos parentales en el caso de que se conviertan en padres.

Aida Mañero

Psicóloga