Se lo digo y no me hace caso

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Se lo digo y no me hace caso

Uno de los motivos de consulta más habituales es que no hace caso. Los padres acuden exponiendo diferentes situaciones en las que cuesta que el niño obedezca.

Muchas veces las órdenes las dan en varias ocasiones pero no consiguen lo que quieres.

Esto hace que el padre se frustre y se enfade, con lo que se pasa a amenazar para conseguir la obediencia. Pero el niño no hace caso. Y además aprende a gritar o enfadarse ante la situación.

Es cierto que la teoría desde fuera parece sencilla, pero el aprendizaje es muy importante que siempre se haga del mismo modo. En nuestra podcasts puedes escuchar la manera de hacerlo https://anchor.fm/educar-hijos/episodes/Cmo-hacer-que-tu-hijo-te-obedezca-a-la-Primera-e48qfv

En este artículo yo quería hablar de la importancia del aprendizaje vicario. Para favorecer que no ocurran tantas situaciones en las que no me hace caso es muy importante que le demos un modelo. Es decir, los niños, aprenden por lo que ven. Si nosotros llegamos a casa y no recogemos la ropa ellos harán lo mismo. Si después de comer no recogemos el plato, ellos tampoco lo harán. Es cierto que podemos conseguir que lo hagan, pero con el aprendizaje vicario el aprendizaje se facillita.

Si quieres que tu hijo recoja su habitación, recoge la tuya y jugar a ver quién acaba antes. Si quieres que acuda a comer cuando le llamas, poner juntos la mesa. Que se lave los dientes, que lleve la ropa al cesto de lavar o que haga su mochila. Lávatelos, llevalá y organizar juntos las cosas para el trabajo para el día siguiente.

Para favorecer que ya no te haga caso, recuerda un truco pequeño, haz lo que esperas que haga.

Belen Pozo

Psicóloga Sanitaria