Psicólogo Madrid: Autoestima Infantil
Con frecuencia se encuentran en consulta tanto niños como adolescentes que no se valoran a sí mismos. Son niños que presentan problemas en su autoestima infantil. Tienen una baja autoestima y una mala imagen de sí mismos.
Por ejemplo dicen, “Creo que no soy muy listo”.“No valgo para esto”. “Esto no es para mí”. “Realmente soy un fracaso”. O también “nunca lo conseguiré”. Estas son algunas de las afirmaciones que es posible escuchar a lo largo de las sesiones. En los casos de problemas de autoestima infantil.
Para poder abordar este tema, conviene comenzar definiendo qué es la autoestima.
Se describe como el conjunto de pensamientos y sentimientos que tenemos sobre nosotros mismos. Sobre, nuestra forma de ser y de comportarnos.
En definitiva, la percepción que tenemos sobre nosotros.
Igualmente, para poder trabajar sobre la autoestima y la imagen que se tiene de uno mismo, es necesario entender que ésta depende de varias áreas. Las cuales son:
- Área social. Sentimientos sobre las relaciones con los iguales.
- Área escolar. Cómo se ve el niño o adolescente en su faceta académica.
- Área familiar. Cómo se siente el niño o adolescente como miembro dentro de su familia.
- Imagen corporal. Cómo ve el niño o adolescente su propio cuerpo y aspecto físico.
Si estas áreas la persona las vivencia como satisfactorias, el niño o adolescente efectivamente tendrá una alta autoestima.
Y una buena valoración sobre sí mismo. En el caso contrario presentarán un problema de autoestima infantil.
Por el contrario, si el niño o adolescente las percibe resentidas y se refiere a ellas de forma negativas. Éstos manifestarán un autoconcepto negativo y por tanto malestar en ocasiones significativo.
Sin embargo, no solo basta con esto para poder tener una buena imagen de uno mismo. Existen ciertos aspectos que son igualmente son importantes para tener en cuenta.
Entre ellos se pueden encontrar:
- En primer lugar, la capacidad para poder decir que no y defender tus derechos (asertividad).
- También, ser consciente de lo que se vale y de lo que se aporta al resto.
- Además, ser capaz de pedir ayuda.
- Por último, tener capacidad para reconocer los propios errores.
Este último punto es sumamente importante ya que implica a su vez el incorporar al propio repertorio la capacidad de ser tolerantes con nosotros mismos, lo cual hace que vivamos nuestros fallos de forma natural, no como un fracaso sino como una oportunidad de aprender de lo ocurrido y como una oportunidad para el propio crecimiento personal, lo cual nos llevará hacia una alta autoestima y una buena valoración personal.
Aida Mañero Ocarranza
Psicóloga Sanitaria.
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