Parte 2- Dependencia emocional
Como se trató en la primera parte, este término puede definirse como la dependencia o la necesidad de recibir afecto y atención por parte de una persona, estableciendo un vínculo de dependencia sentimental, en el que su vida y bienestar giran en torno a la relación y a su pareja.
Este perfil suele presentar un pobre autoconcepto de si mismo, ya que son personas que no se valoran a sí mismas, se sienten inferiores y necesitan la aprobación y el amor constante de los demás, especialmente de su pareja para poder sentirse bien y apreciado. Es por ello, que tienden a idealizar al otro de tal manera que anticipan y viven con el miedo a la pérdida de manera constante. Por otro lado, la pareja suele ser opuesto a este perfil, siendo más seguro, más dominante y con menos necesidad de afecto por parte de su pareja.
El origen de la dependencia emocional se encuentra asociado a posibles carencias afectivas vividas en la infancia por parte de la familia de origen, por el ámbito social u otros entornos. No habiendo establecido un apego seguro y de vínculos afectivos sanos necesarios para el correcto desarrollo psicoemocional.
Estas son algunas de las señales que ayudan a identificar los signos de la dependencia emocional:
- Suelen sentir estado de plenitud y felicidad sólo cuando está presente la otra persona. Si no es así, aparecen sentimientos de vacío y tristeza.
- Sienten la necesidad de recibir atención, aprobación y cuidado constante por parte de la pareja.
- Delegan en el otro para la toma de decisiones.
- Tienden a tener grandes dificultades para ser asertivos y decir “No”, por miedo a que no le agradarle y así poder complacerle.
- Sus emociones dependen de las acciones y de los actos del otro.
- Necesitan establecer y marcar los tiempos con la pareja, girando todo entorno a la persona y reduciendo las demás áreas vitales.
- Buscan estar en contacto constantemente con la pareja, ya sea en persona, por teléfono, por Internet, etc.
- Suelen tener un amplio historial de relaciones de pareja en el que normalmente han repetido el patrón de conducta y han vuelto a revivir mucho de los motivos de conflictos de las anteriores relaciones.
- Soló están bien consigo mismo cuando perciben que son queridos por alguien.
- Tienden a sentirse insatisfechos con la relación porque siempre necesitan más.
Para aprender a gestionar esta situación, es fundamental reconocer estas señales y detectar el patrón dañino de esta dependencia emocional. Para ello, es recomendable acudir a terapia psicológica con el fin de aprender nuevas formas de relacionarse emocionalmente y gestionar las emociones de una manera más adecuadas, favoreciendo el bienestar afectivo relacional.
Rocío Delgado
Psicóloga Sanitaria
Puedes leer la primera parte de este artículo en: http://psicologoinfantil.es/psicologo-dependencia-emocional/