Entendiendo la adolescencia
La adolescencia es una etapa muy temida por los padres. Estos suelen temer el no poder controlar a sus hijos. Temen perder a su hijo en la adolescencia. Pues es cuando los hijos plantan cara a los padres e intentar imponer sus propias normas o límites, es el momento en el que intentar enfrentarse a lo de siempre y cambiar las normas o reglas del juego.
Y los padres deben de seguir manteniendo esos límites de manera firme, pues les va a dar seguridad a los hijos, pero siempre siendo algo más flexibles. Y por supuesto, nunca con un estilo autoritario, más bien centrado en el diálogo.
Por otro lado, a los padres les cuesta entender las nuevas normas y se mantienen anclados en la forma de educar del pasado, para intentar ganar en seguridad. Temen que se les vaya de las manos las conductas de sus hijos.
Entendiendo la adolescencia, quedarse anclados en el pasado es un error por parte de los padres, los hijos han cambiado, han evolucionado. Y los padres necesitan cambiar y evolucionar también, han de cambiar las estrategias educativas y ser más flexibles.
Los adolescentes piden que se les trate como adultos, con respeto y que se empiecen a tener en cuenta sus ideas o su forma de ver el mundo. Los padres deben empezar a tratarlos con ese respeto y como adultos para favorecer la comunicación y su autoestima.
Pero esta etapa en realidad a veces la adolescencia es la gran desconocida para los padres e hijos. Y el miedo, en ocasiones no deja ver el camino ni a unos ni otros.
En esta etapa, el adolescente se siente muy perdido pero con mucha fuerza, quiere probar todo pero teme hacerlo. Quiere alejarse de sus padres pero les echan de menos. Por todo ello está en una contínua dicotomía. Esta en ocasiones no es captada por los padres. Estos, debido a las tensiones de esta etapa, no llegan a la base de la dificultad. La adolescencia se considera la gran desconocida.
Los adolescentes necesitan más que nunca a sus padres a su lado, aunque no lo verbalicen. Más que nunca, necesitan límites y sobre todo apoyo emocional. Necesitan que les escuchen y que no intenten solucionar sus problemas, ya que de otro modo no se sienten comprendidas. Por el contrario se sienten juzgados y no apoyados.
Por todo ello cuando tu hijo se aleje, déjale espacio físico y temporal pero quédate cerca para que pueda llamarte, sin invadir su espacio y que no se sienta invadido.
Qué hacer cuando un hijo te falta al respeto