Psicología adultos: Dificultad en el reconocimiento de caras. Segunda parte

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Psicología adultos: Dificultad en el reconocimiento de caras. Segunda parte

En 1986, Bruce y Young, elaboraron el modelo cognoscitivo del reconocimiento de las caras, el cual propone la existencia de diferentes pasos en el procesamiento de la información, desde el momento en que se ve una cara familiar hasta que se hace el reconocimiento y se evoca el nombre.

1.- Codificación estructural de características de la cara para la construcción del percepto facial

 Se realiza un análisis simultáneo y paralelo de diversas informaciones faciales:   

  • la apariencia facial: identificar el estímulo visual como perteneciente a la categoría de las caras
  • la discriminación de características concretas de la cara y de la distribución espacial que facilitarán reconocer las semejanzas o las diferencias entre los rostros
  • las expresiones faciales
  • el lenguaje facial: lectura labio facial y movimientos orolinguofaciales

2.- Reconocimiento facial.

Una vez se tiene el percepto visual, se ha de comparar con las huellas de memoria de las caras aprendidas y almacenadas previamente. En el caso de encontrarse una huella con una configuración similar al percepto facial, se genera un sentimiento de familiaridad y se activaría entonces el acceso a su reconocimiento. Las caras se identifican por medio de las unidades de su reconocimiento específico, unidades que se comportan como un almacén memorizado de las caras conocidas, que después se relacionarían con los nudos de identidad  de las personas o el conjunto de conocimientos necesarios para la individualización de las personas.

3.- Activación de la memoria semántica. 

Los nudos de identificación estarían relacionados con la memoria semántica general. Estos nudos se han de activar para que se pueda acceder a las memorias semánticas de la persona que estamos viendo: ¿cuál es su profesión?, ¿en qué lugar vive?, ¿dónde nos conocimos?,…

4.- Activación del sistema lexical para la selección del nombre de la persona. 

Gracias a la representación amnésica visual (rostro) o de cualquiera de las representaciones semánticas del nudo o nodo de identidad personal, podemos acceder a la activación de la representación verbal.

5.- Producción articulatoria del nombre que ha sido seleccionado. Finalmente, se pronuncia el nombre de la persona a la que se ha reconocido.

Información obtenida de: R.F. Lopera (2000). Procesamiento de caras: bases neurológicas, trastornos y evaluación. Rev Neurol; 30 (5)

Miriam Benavides

Psicóloga