Sal de tu zona confort
“Sal de tu zona de confort” es una de las frases más escuchadas hoy en día entre los adultos. Pero exactamente qué es esta zona de confort. Pues bien, es un espacio seguro donde no arriesgamos. Pero tampoco crecemos. Nos da una falsa sensación de comodidad, pero a su vez, es el motivo perfecto para dejar de hacer cosas, no arriesgarse o mejorar.
Tendemos a pensar que fuera de la zona de confort solo van a tener lugar cosas negativas para nosotros, pero o cierto es que pueden darse cosas realmente positivas que nos acerquen al crecimiento y al cambio.
Lo idea es encontrar un equilibrio, entre salir de la zona de confort, pero sin llegar a entrar en una zona de pánico en la que los niveles de ansiedad sean demasiado elevados. Estamos tan acostumbrados a nuestros hábitos y a esta zona de confort creada a través de tantos años, que no somos conscientes de las limitaciones que nosotros mismos nos ponemos.
Algunos de los signos de que nos hemos anclado en esa zona son los siguientes:
- Estancamiento emocional o intelectual: el estar estancado siempre en lo mismo nos lleva a vivir sensaciones de apatía, desmotivación o incluso anhedonia ya que anda te anima o te parece lo suficientemente atractivo. Esto lleva a cerrarse puertas a nivel intelectual, ya que pierdas miles de oportunidades.
- Acomodarse en excusas: el poner excusas constantemente alimenta los miedos que ya teníamos y no asumir nunca riesgos.
- Dejar de vivir: en lugar de vivir, estas sobreviviendo. Llevas años haciendo exactamente la misma rutina, y hace años que no experimentas la sensación de estar vivió.
- Engañarse a sí mismo: dices que estas bien, que te sientes bien, pero en el fondo, sientes un vacío, como que necesitas algo más en tu vida, no sabes qué es, pero tampoco haces nada por averiguarlo.
- Inactividad: a todos los planes, ideas, u oportunidades que se te plantean dices “no´´. Esto es totalmente incompatible con la idea de ser más productivo y ganar confianza en nosotros mismos.
Lucía Ongil
Psicóloga