Expresión de la ira
Las emociones tienen un tipo de patrón de respuesta. Cognitivo, conductual y fisiológico diferente entre ellas. Los mecanismos y las respuestas de la ira son:
- Respuesta cognitiva. La ira es un sentimiento que produce respuestas cognitivas que dan significado a lo que uno siente. Dependiendo de la historia vital personal y de cómo se analice e interprete la situación. Variará la intensidad de la carga emocional y con ello su reacción. Esta emoción se suele asociar como ya se trató a situaciones de injusticia, de frustración ante un impedimento. También falta de respeto, mentira o fraude. Es por ello, que la forma de pensar y de interpretar la vida y las situaciones, dan lugar al conjunto de emociones existente. El patrón cognitivo de esta emoción suele estar acompañado de pensamientos. Por ejemplo como “esto no es justo para mí”. “No me merezco esto”. “Siempre hay alguien que se interpone en mi camino”. “Siempre quiere hacerme daño”. “No tienen en cuenta mi esfuerzo”. “Lo ha hecho a propósito”.
- Respuesta fisiológica. El cuerpo se “expresa” y se activa ante estos pensamientos. Con ello ocasionando en el organismo un aumento del ritmo cardiaco. También mayor aceleración de la respiración, aumento de la secreción de la adrenalina y de la tensión muscular, entre otros. Este estado conlleva una posición corporal tensa y de rigidez. Preparándose para la defensa y el ataque de la situación amenazante o aversiva.
- Respuesta conductual. La persona cuando siente esta reacción se prepara a nivel conductual para defenderse. Poniendo en marcha todos los mecanismos y recursos personales para poder enfrentarse a aquello que se interpone en la consecución de metas. Que le vulnera o que resulta injusto. Esta emoción suele asociarse y producir estados de agresividad verbal y física. Siendo las reacciones de base primaria los gritos, insultos, golpes, agitación corporal y agresión.
En definitiva, la ira es una emoción fundamental y necesaria para la supervivencia. Pero una mala gestión de esta emoción, puede derivar en fuertes consecuencias y dificultades para uno mismo. Como para el adecuado manejo y éxito en las relaciones con los demás. Ya que la expresión de la ira sin control puede derivar en situaciones de peligro y de enfrentamiento. Con una alta carga de agresividad. Que como ya se abordo en la primera parte de este artículo, con estrategias cognitivas y conductuales se puede lograr transformar. También controlar y gestionar con formas más sanas y adaptativas de responder ante esta emoción.
Rocío Delgado
Psicóloga Sanitaria
Lee la primera parte del artículo en: http://psicologoinfantil.es/psicologo-manejo-ira-inteligenciaemocional/