Tolerancia a la frustración

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Tolerancia a la frustración: mi hijo se enfada a menudo

Los enfados o rabietas pueden llegar a llevar a un momento de estrés o disgusto por parte de los padres.

A menudo estas rabietas pueden darse en situaciones o lugares en los que no están bien vistas. Por ejemplo como puedan ser lugares públicos, un centro comercial, un parque o el cine. Estos generan una sensación negativa en torno a este momento. Cuando los padres llegan a este extremo de desesperación, muchas veces se preguntan si están haciendo lo correcto. A qué se deben estos ataques de ira tan fuertes.

Estos momentos son parte del desarrollo del niño y de su definición como persona individual. Ya que a menudo están provocados por un momento en el que el niño no ha conseguido lo que él quería. Se definen sus gustos y objetivos. Son una fase en el desarrollo como otra cualquiera, pero sí que es cierto que hay que aprovechar estos momentos para educarles también y poder reconducir esta conducta.

Para ello, es muy importante el uso de un lenguaje adaptado al niño, una buena comunicación y la actitud que tomen los padres al respecto. Las rabietas son en parte una liberación de ira y por otra parte una llamada de atención o una forma de comunicación del niño hacia sus padres.

Por todo ello, es fundamental enseñarles la tolerancia a la frustración para que sean ellos quienes puedan manejar en el futuro esta sensación tan desagradable como puede ser la no consecución del objetivo.

Consejos para mejorar su tolerancia la frustración:

  • Entender su ira y validar sus emociones desde la comprensión de manera calmada.
  • En el propio momento de enfado o rabieta, esperar a que se calme. No regañar o hablar desde una actitud autoritaria porque en ese momento no van a hacer caso.
  • Si el niño presenta frustración ante un error cometido, es importante dar feedback positivo al proceso, no sólo a los resultados. Valorar los intentos y no dar relevancia a los fallos.
  • Hay que enseñarles a perder en un juego. A menudo, para evitar dichas rabietas dejamos que “nos ganen”. El juego es una herramienta uy útil para enseñarles esto, ya que no pasa nada, es solo un juego.
  • Hacerles partícipes de la búsqueda de una solución a sus problemas.

Paula Ágreda

Logopeda