El acosador en la escuela

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El acosador en la escuela

¿Cuándo podemos hablar de acoso en la escuela?

Pues, cuando un menor de edad es maltratado de manera física y/o verbal .

Y como consecuencia es:

  • rechazado.
  • se le amenaza.
  • se le atemoriza.

No se habla de una agresión esporádica, sino de una agresión repetida en el tiempo. Tampoco de una broma pesada o de un conflicto con otros. Se habla de uno o de varios menores que intimidan a otros más frágiles. A otros niños que no disponen de habilidades y que por lo tanto, no saben salir solos de esta realidad.

La burla, la amenaza, la humillación o el chantaje, es la forma de proceder. Pero también, se le aleja del grupo. Se le incomoda, se le ridiculiza o se le pega.

En general, son más frecuentes las formas de agresión verbales, la agresión más indirecta y las malas relaciones. El aislamiento y la agresión física, son formas menos repetidas.

Según los diferentes estudios en relación al acoso escolar, el perfil característico de quien agrede es:

  • Varón (proporción de tres varones y una mujer).
  • Con un estado físico fuerte y corpulento.
  • Se define como sincero y cabecilla de grupo.
  • Y crea, un vínculo agresivo y violento con los que considera menos valientes y más débiles.

Los chicos generalmente hacen uso de la agresión física. Como, golpear, dar palizas, hacer uso de armas blancas, violencia sexual. Las chicas, hacen uso de descalificaciones y aislamiento. Además, son ellos, los que suelen subir a internet sus actuaciones.

El agresor, hace uso de esta violencia para conseguir un objetivo. Se siente protagonista. Destaca, siente que tienen poder actuando de esta manera. El hecho de sentirse bien por ello, hace que su conducta se repita en el tiempo. Niega la agresión. Llega a convencerse y a convencer a los demás de que no ha tenido nada que ver con lo sucedido.

Los responsables son los demás, es decir, el colegio o bien, el menor agredido. Según el acosador, “se lo merece, se lo ha buscado”. Así, de esta manera justifica su conducta. Mostrándose como la única víctima real. Además, así se evita las inculpaciones, su responsabilidad de los hechos. E incluso, en ocasiones, el derecho a defenderse.

Estos son algunos de los factores de riesgo, que pueden estar detrás:

  • Falta de lazos afectivos y sociales.
  • Un estilo educativo más sancionador.
  • La exposición a la dureza y agresión.
  • Escasa capacidad de autocontrol.
  • Cambio del sistema familiar tradicional.

Información obtenida de: Urra, J.: Primeros auxilios emocionales para niños y adolescentes. Guía para padres. La esfera de los libros, S.L., 2017

Miriam Benavides

Psicóloga Sanitaria

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