Psicología infantil: Síndrome del emperador o niño tirano
A pesar de la no existencia de una denominación o cuadro clínico como tal, cada vez más es frecuente oír hablar deniños tiranos, pequeños dictadores o Síndrome del emperador.
Este término de “tirano” aparece por primera vez en la obra “El pequeño tirano” (1991) de Jirina Prekop, psicóloga del Departamento de trastornos del desarrollo del Olgahospital de Stuttgart. Posteriormente, otros muchos autores, nacionales e internacionales, han venido a describir y arrojar información y características sobre este tipo de niños, con los cuales la convivencia y la relación puede convertirse en algo realmente complicado.
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS:
- Escasa sensibilidad emocional; bajo nivel de empatía.
- Dificultades para el desarrollo de sentimientos de culpa.
- Baja tolerancia a la frustración.
- Aparición de constantes rabietas ante la no consecución de aquello que quieren.
- Poca responsabilidad ante sus actuaciones.
- Poco sentimiento de apego hacia figuras de referencia.
- Empleo de chantajes, imposiciones e incluso agresiones para la consecución de sus deseos.
PAUTAS DE ACTUACIÓN DE LOS PADRES:
- Necesidad de criterios unificados y unánimes por parte de los padres, sin fisuras.
- Establecer límites, normas y rutinas claras y concisas sobre lo que se puede hacer y lo que no.
- No mover o flexibilizar estos límites, pese a los intentos del niño por incumplirlos; mantener posturas firmes y no temer el decir “NO”, el cual también ayuda.
- Mantener actitudes calmadas y no exaltadas, sin caer en la argumentación infinita.
- No tratar de convertirse en amigos de los hijos, ni caer en estilos permisivos o protectores; tratar al niño con mezcla de autoridad y afectividad.
- Emplear de forma frecuente también el refuerzo positivo, para modificar igualmente el ambiente de negatividad creado por tanto castigo y regañina.
A pesar de estas pautas, las cuales son necesarias seguir desde los primeros años de vida de los niños, es frecuente encontrar casos en los que se hace necesaria la intervención profesional dada la dificultad de los padres y el entorno para lidiar con este tipo de niños. En estos casos por tanto, el trabajo no sólo está dirigido al cambio del pequeño, sino que se aborda desde un enfoque integrador en el que tenga cabida la intervención a nivel parental, escolar y social.
Aida Mañero Ocarranza
Psicóloga