Cómo controlar la conducta
Cómo controlar la conducta infantil: Consejos prácticos de un psicólogo infantil
El control de la conducta infantil es una de las principales preocupaciones de los padres. Desde los berrinches en público hasta la resistencia a seguir instrucciones, manejar el comportamiento de los niños puede ser un desafío constante. Sin embargo, con las estrategias adecuadas y el apoyo de un psicólogo infantil, los padres pueden fomentar el desarrollo emocional y social de sus hijos mientras mantienen la armonía en el hogar.
Hay una serie de conocimientos sobre conducta infantil que todo padre debería de conocer, pero en especial aquellos que sus hijos tengan inadecuados comportamientos.
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A continuación, exploraremos herramientas prácticas para controlar la conducta infantil, basadas en los principios de la psicología infantil.
Entendiendo la conducta infantil desde una perspectiva psicológica
Un psicólogo infantil considera que la conducta de los niños es un reflejo de sus emociones, necesidades y habilidades de comunicación. Los niños a menudo actúan impulsivamente porque todavía están desarrollando su capacidad para regular sus emociones y comportamientos. Esto significa que un comportamiento desafiante no siempre es una muestra de desobediencia intencional, sino más bien una señal de que necesitan orientación y apoyo.
1. Comunicación efectiva: el primer paso hacia el cambio
Una estrategia clave recomendada por los psicólogos infantiles es la comunicación efectiva. Hablar con los niños de manera clara, calmada y respetuosa ayuda a establecer límites y expectativas. Cuando los padres explican el “por qué” detrás de una regla o instrucción, los niños son más propensos a entender y cumplir con lo que se les pide.
Por ejemplo, en lugar de decir simplemente “Deja de correr”, un padre podría explicar: “Debes caminar porque correr en la casa puede causar accidentes”. Esta forma de comunicación refuerza el mensaje y ayuda al niño a comprender las consecuencias de sus acciones.
2. Establecer límites claros y consistentes
Los niños necesitan límites para sentirse seguros. Según un psicólogo infantil, establecer reglas claras y consistentes en el hogar es fundamental para controlar la conducta infantil. Los límites deben ser comprensibles para la edad del niño y aplicarse de manera uniforme.
Por ejemplo, si se establece una regla de “no ver televisión después de las 8 p. m.”, es importante que todos en la casa respeten esta norma. Los padres deben evitar enviar mensajes contradictorios, ya que esto puede generar confusión y aumentar el comportamiento desafiante.
3. Refuerzo positivo: premiar el buen comportamiento
El refuerzo positivo es una técnica poderosa que los psicólogos infantiles recomiendan para moldear la conducta. Cuando los niños reciben elogios o recompensas por comportarse adecuadamente, es más probable que repitan esos comportamientos.
Un ejemplo podría ser decir: “Hiciste un gran trabajo compartiendo tus juguetes con tu hermano, estoy muy orgulloso de ti”. Este tipo de reconocimiento no solo motiva al niño, sino que también fortalece la relación entre padres e hijos.
4. Manejo de las consecuencias
El manejo de las consecuencias es otra herramienta eficaz para controlar la conducta infantil. Los psicólogos infantiles sugieren usar consecuencias lógicas y naturales en lugar de castigos severos. Por ejemplo, si un niño rompe un juguete intencionalmente, una consecuencia lógica sería no reemplazarlo de inmediato.
Es crucial que las consecuencias sean proporcionales a la acción y se comuniquen de manera calmada. Esto enseña a los niños que sus acciones tienen resultados directos, fomentando la responsabilidad.
5. Control emocional de los padres
Un psicólogo infantil enfatiza que el autocontrol de los padres es esencial para manejar la conducta infantil. Los niños son extremadamente sensibles a las emociones de los adultos que los rodean. Si los padres reaccionan de manera impulsiva o con enojo, es más probable que el comportamiento problemático del niño se intensifique.
Para mantener la calma, los padres pueden practicar técnicas de respiración profunda o tomarse un momento para reflexionar antes de responder. Este enfoque no solo reduce la tensión en el momento, sino que también sirve como modelo para que los niños aprendan a manejar sus propias emociones.
6. Fomentar la autonomía y la toma de decisiones
Los psicólogos infantiles recomiendan dar a los niños cierta autonomía para reducir los conflictos. Ofrecer opciones dentro de límites establecidos les permite sentir que tienen control sobre sus decisiones.
Por ejemplo, en lugar de decir “Ponte este abrigo”, un padre podría preguntar: “¿Prefieres ponerte el abrigo rojo o el azul?” Esto ayuda a prevenir la resistencia y promueve la cooperación.
7. Identificar y abordar las causas subyacentes del comportamiento
A veces, la conducta desafiante es un síntoma de una necesidad insatisfecha. Un psicólogo infantil puede ayudar a los padres a identificar si el niño está actuando de cierta manera debido al estrés, la falta de sueño, problemas escolares o incluso dificultades para expresar sus emociones.
Por ejemplo, un niño que constantemente interrumpe a los adultos podría estar buscando atención. En este caso, dedicar tiempo exclusivo para interactuar con el niño puede reducir este comportamiento.
8. Fomentar rutinas estables
Las rutinas ofrecen a los niños una sensación de seguridad y previsibilidad. Un psicólogo infantil suele recomendar establecer horarios regulares para actividades como las comidas, el tiempo de juego y la hora de dormir.
Una rutina estable no solo ayuda a prevenir comportamientos desafiantes, sino que también fomenta la autorregulación y la disciplina.
9. Pedir ayuda a un psicólogo infantil cuando sea necesario
Es importante que los padres sepan que no están solos. Si los problemas de conducta persisten o se vuelven demasiado difíciles de manejar, buscar la orientación de un psicólogo infantil puede ser una solución valiosa.
Un psicólogo infantil está capacitado para evaluar las necesidades individuales del niño y proporcionar estrategias personalizadas para abordar los comportamientos problemáticos. Además, puede ayudar a los padres a mejorar su relación con sus hijos y fortalecer las habilidades de crianza.
10. Practicar la paciencia y el amor incondicional
Finalmente, es fundamental que los padres recuerden que el desarrollo del comportamiento infantil es un proceso. Los niños aprenderán a manejar sus emociones y comportamientos con el tiempo y con el apoyo adecuado. Mostrarles paciencia y amor incondicional les brinda la confianza que necesitan para crecer emocionalmente.
Conclusión
Controlar la conducta infantil no es una tarea fácil, pero con las estrategias adecuadas y el apoyo de un psicólogo infantil, los padres pueden enfrentar los desafíos con confianza. La clave está en comprender las necesidades subyacentes del niño, establecer límites claros y ser un modelo de comportamiento positivo.
Si bien los consejos mencionados pueden marcar una gran diferencia, no hay vergüenza en buscar ayuda adicional. Un psicólogo infantil puede proporcionar una perspectiva profesional y herramientas específicas para abordar problemas de conducta persistentes. Al final, el objetivo es ayudar a los niños a crecer como individuos emocionalmente saludables y felices, mientras se fortalece el vínculo familiar.
Si estás enfrentando problemas de conducta infantil y necesitas orientación, no dudes en buscar el apoyo de un psicólogo infantil. Su experiencia y conocimiento pueden ser la clave para transformar los desafíos en oportunidades de crecimiento tanto para ti como para tu hijo.
Los problemas de conducta son los caso más comunes a los que se enfrenta un psicólogo infantil, y para los padres suelen ser los más difíciles de controlar. En parte debido a que no todos los problemas de conducta son sólo eso, dificultades del comportamiento. Por el contrario en muchas ocasiones detrás de un problema de comportamiento puede haber:
Por qué un problema de conducta
- Sentimientos de tristeza
- Problemas de control emocional
- Alteraciones en las funciones ejecutivas
- Respuestas de impulsividad
- Ansiedad no canalizada
Por ello es de vital importancia llegar al por qué del problema de conducta. Analizar qué está ocurriendo, cómo evoluciona así como los reforzadores que lo mantienen. Y como no los protectores que hacen que la dificultad no vaya a más.
De esta manera, uno de los aspectos más importantes en un posible problema de conducta es estudiar su evolución en el tiempo. Además también cómo varía en los diferentes ambientes. En ocasiones, el niño o la niña presenta conductas inadecuadas en su casa pero en el colegio no ocurre y se muestra muy controlado. O por el contrario los problemas de comportamiento están en el aula. Estos último puedes deberse, tal vez, a una pequeña dificultad en los aprendizajes, entre otras posibles causas.
Por todo ello es muy importante no etiquetar antes de tiempo sino observar. No siempre es lo que parece.
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