Mi hermano tiene TDAH

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Mi hermano tiene TDAH

Antes de comenzar a desarrollar la temática de este artículo haremos una breve introducción y recordatorio acerca de este trastorno.

¿Qué es el TDAH?

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes de la niñez y que a menudo continua en la edad adulta. Se estima que 1 de cada 20 niños o adolescentes en Europa presentan TDAH (Polanczyk et al., 2007). Casi la mitad de estos niños presentan de 1 a 3 comorbilidades en el momento del diagnóstico de TDAH, siendo prevalentes el trastorno de conducta, el trastorno negativista desafiante, la depresión y la ansiedad.

Los síntomas más característicos son de hiperactividad, impulsividad e inatención. Comienzan antes de los 12 años de edad y, en algunos niños, se notan a partir de los 3 años de edad. Estos síntomas pueden ser leves, moderados o graves.

Existen tres subtipos de TDAH según la predominancia de los síntomas:

  • Falta de atención predominante. La mayoría de los síntomas corresponden a la falta de atención.
  • Conducta hiperactiva/impulsiva predominante. La mayoría de los síntomas son la hiperactividad e impulsividad.
  • Combinado. Esta es una mezcla de síntomas de falta de atención y síntomas de hiperactividad/impulsividad.

La convivencia familiar se puede ver alterada por las características de este trastorno. Por lo general las pautas y orientaciones para lograr una mejor convivencia van dirigidas a los padres, pero también resulta de vital importancia implicar en ellas también a los hermanos. El objetivo es prevenir consecuencias negativas y optimizar el desarrollo a la vez que logramos mejor calidad de vida de los hermanos y mejorar el clima familiar.

Mi hermano tiene TDAH, el papel de los hermanos en diferentes ámbitos:

  • Afectivo emocional: A pesar de presentar una buena convivencia en general, es frecuente encontrar casos donde existe una tendencia de protección a su hermano “vulnerable y acaban asumiendo un rol de cuidador, “niño parentificado”.

También es frecuente la sensación de trato diferencial con los padres como por ejemplo con disciplinas y consecuencias mas duras, incluso sensaciones de rechazo y abandono. Podemos destacar los sentimientos que se dan mas habitualmente como de soledad, ansiedad, depresión, fala de aprecio, celos…

  • Vida cotidiana: Este trato diferencial puede generar en ocasiones una rivalidad entre hermanos por el descuido de los padres hacia el hermano sin TDAH. La dinámica familiar que se crea puede desembocar en el desarrollo de celos que se manifiestan en conductas como:
    • Cambios de humor no justificados.
    • Signos de infelicidad (por ejemplo, lloro frecuente)
    • Aparición de conductas no presentes hasta la llegada de un hermano o ya superadas
    • Cambios en la expresión verbal y gestual (vuelta a un lenguaje más infantil)
    • Alteraciones en los patrones de alimentación y descanso
    • Negación de los errores propios y culpabilización a otros
    • Negativismo, terquedad y desobediencia.
  • Relación y juego: En ocasiones los hermanos copian las conductas disfuncionales que observan para recibir también atención o porque las aprenden. Esto afecta directamente a la relación entre ellos debido a que, en la etapa de juego, estos hermanos/as se quitan los juguetes más a menudo, les cuesta respetar los tiempos y turnos, se molestan, les cuesta seguirlas normas y concentrarse en las conversaciones, atender a las claves sociales y contener las agresiones físicas
  • Afectación familiar: el funcionamiento de estos niños afecta significativamente a todo el sistema familiar. La relación entre la severidad de los síntomas y el grado de conflicto familiar parece bidireccional. Por lo tanto, en las familias más estructuradas (donde hay un niño con TDAH), los síntomas (exceptuando inatención) son menos pronunciados tanto en los niños con TDAH como en sus hermanos; y se asocia con tasas más bajas de trastorno negativista desafiante y trastorno de conducta en los niños con TDAH. Esto convierte a la familia en una instancia de gran importancia para la intervención clínica en TDAH.

Labor psicológica en el caso de un hermano con TDAH, es dar pautas de actuación.

Nuestro papel como psicólogos es el de informar acerca de estas problemáticas, hacer de guía y ofrecer pautas a los padres poniendo el foco también en los humanos de los niños con TDAH. Aclaramos que las pautas van dirigidas en sí a la relación entre los hermanos de cara a mejorarla y son tanto para los padres como para los niños, y que no tiene sentido dárselas a unos sin dárselas a los otros.

Pautas para la convivencia en familia en el caso de mi hermano tiene TDAH

  • Todos los niños necesitan afecto. Es importante buscar tiempo para estar con hijos sin TDAH a solas sin resaltar el hecho de que se hace porque no está el otro hijo.
  • Que niño sin TDAH también comparta tiempo con otros niños, no siempre con su hermano.
  • Enseñar y motivar a los hermanos a resolver sus diferencias entre ellos (entrenamiento relaciones entre iguales)
  • Reconocer habilidades del niño sin TDAH.
  • Procurar que toda la dinámica familiar no estuviera dirigida a la diversidad funcional, aunque pueda resultar complicado.
  • Preguntar al hermano sin TDAH cómo se siente y que dificultades tiene o posibles necesidades o demandas.
  • Valorar cuánto y cómo le piden al hermano sin TDAH que cuide de su hermano y la carga que esto puede suponer para él. Es importante hacerle que él no es el “cuidador” de su hermano y que solo sería necesario chivarse de aquellas conductas que tengan algún riesgo para la salud o integridad física.

Peleas entre hermanos

Julia Nicolás Lara

Psicóloga