Pautas mejorar conducta autonomía
Existe un periodo concreto del desarrollo infantil en el que son habituales las denominadas rabietas y enfados de los niños.
Este hecho se explica por la exploración que éstos realizan para conocer los límites. Y fronteras en los que se pueden desenvolver. Así como por el incremento progresivo de su propia autonomía y la inseguridad que esto les puede generar.
Existen una serie de pautas para conseguir mejorar la conducta de los más pequeños de la casa en esta fase y del mismo modo, lograr una mayor autonomía que refuerce su propia autoestima.
- En primer lugar, cuando se establecen una o varias nuevas normas. Éstas han de ser planteadas de forma firme y consistente, sin dudar.
Aunque en determinadas ocasiones se piense que quizá no se haya actuado de forma adecuada en la aplicación de consecuencias, es preferible seguir adelante. Para que el niño no perciba duda o inestabilidad en el sistema parental.
- También, en la medida de lo posible intentar incluir más en el día a día refuerzos positivos cuando se haga algo que se debe. Y menos refuerzos negativos cuando se lleve a cabo algo que no se deba. Los cuales siempre que se pueda deben ser reemplazados por una actitud de ignorar.
- Es importante que la normas que se hayan decidido establecer por parte de los progenitores no se negocien con el niño, quienes toman la decisión son única y exclusivamente ellos y el menor no tiene derecho a poder entrar en dicha negociación, de lo contrario le estaremos incorporando a un nivel que no le corresponde y le estaremos brindando la oportunidad de opinar sobre aspectos que no le conciernen.
- Igualmente, es de suma relevancia no dar explicaciones si no se considera realmente necesario; por más que expliquemos algo los niños (relacionado con lo que no deben hacer) no lo van a entender de este modo sino viviendo la propia experiencia con la consecuencia que se considere oportuna. Dando demasiada explicación ocurre como en el caso anterior, estamos incorporando al niño a un nivel inapropiado.
- En el momento en que aparezcan quejas de forma constante y reiterada por parte del niño, explicitarle y hacerle consciente de este hecho así como de que cuando se pone de ese modo no nos gusta estar con él. Si surge una queja de forma aislada de forma que no se continúe, es preferible ignorar esta situación y seguir como si no hubiese ocurrido nada.
- Reforzar de forma positiva el hecho de jugar solo, inventarse juegos nuevos y ser capaz de estar sin la compañía de los padres durante periodos de tiempo cada vez mayores, lo cual favorecerá el incremento de su autonomía.
Aida Mañero Ocarranza
Psicóloga Sanitaria
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