La memoria y los olvidos cotidianos

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La memoria y los olvidos cotidianos

La memoria cotidiana, es la relacionada con cualquier situación. Que se produce en el ámbito cotidiano de una persona. Dentro de la memoria podemos hablar de los olvidos cotidianos.

Esta memoria cotidiana se refiere, a todos los recuerdos que utilizamos para manejarnos en nuestra vida diaria. Y dentro de ellos aparecen los olvidos cotidianos.

Por ejemplo, el recuerdo de: “dónde he dejado aparcado el coche. «Dónde he dejado el paquete para mandar a Correos”. “Dónde guardé la revista de Psicogerontología”. “Qué es lo que comí ayer”.“Qué es lo que he de hacer mañana a las 12.00 horas”. Estos son recuerdos y memoria cotidiana.

Los olvidos cotidianos podrían definirse como esos fallos o dificultades que se encuentran a la hora de evocar un hecho. Un hecho o acontecimiento que se da, como ya se ha indicado, en el día a día de una persona.

Respecto a las causas que pueden estar detrás de estos fallos, destacar:

  • En primer lugar, el decaimiento o desuso de una información. Cuando hay una información determinada que aprendimos hace tiempo. Y que ya no usamos, se va perdiendo. Por ejemplo, hace cinco meses que no acudes a tus clases de baile de salsa. Con lo que has olvidado alguna que otra figura. Como hace tiempo que no las practicas, vas a tener que ver algún vídeo de las mismas. Otro ejemplo, tienes invitados para comer este sábado. Y quieres preparar unos aperitivos que hace tiempo no haces. Has de consultar el libro de recetas para recordarlos.
  • En segundo lugar, la interferencia cuando se recibe una información. La recepción de una información queda interrumpida por la presencia de una actividad que es distinta. Imagínate, estás viendo el capítulo de una serie y tu hijo te hace una pregunta sobre un ejercicio de matemáticas. En ese momento, tu concentración se dirige a tu hijo y a su problema matemático. Una vez le has ayudado a solventar su duda, vas a tener dificultad para retomar la serie. Es decir, dificultad en recordar lo último que estabas escuchando.
  • Y por último, los fallos en alguno de los procesos de memoria. Codificación, almacenamiento o recuperación.
  • Lo primero es recibir del exterior información, a través de nuestros sentidos. Para la elaboración de percepciones y de sensaciones. Momento imprescindible para que pueda producirse un aprendizaje.
  • Captados los estímulos, se ha de establecer una transformación en códigos de almacenamiento. Para almacenar la información. No siempre este proceso es consciente; en muchas ocasiones, es inconsciente.
  • En segundo lugar, está la fase de consolidación. Se refiere al producto de elaborarse la información que ha sido codificada en un primer momento. ¿Para qué?, para establecer un registro de la información permanente o eventual.
  • Y, finalmente, la fase de recuperación. Consiste en poder acceder y evocar esa información que ya previamente tenemos almacenada.

En relación a la clasificación de los olvidos cotidianos en función del tiempo, señalar:

  • Olvidos y memoria retrospectiva. Este tipo de memoria se refiere a lo que me hemos aprendido o hemos hecho anteriormente. En este tipo de memoria, la tarea implica recordar. Algunos ejemplos se citan a continuación. ¿He cerrado el coche?. ¡Dónde habré dejado la tarjeta sanitaria!. Olvidé la clave de mi cuenta de correo electrónico. ¿Cuál era el código de seguridad de mi teléfono móvil?. ¿Apagué la luz del baño antes de salir de casa?.
  • Olvidos y memoria prospectiva. En este caso, en este tipo de memoria la tarea consiste en acordarse de recordar. Además se centra en el hecho de cuándo hay que hacer algo. A esta memoria también se la conoce como la memoria de intenciones. ¿A que hace referencia?. Pues al recuerdo de aquellas acciones que hemos de llevar a cabo. O también, al recuerdo de esa actividad que tenemos idea de realizar en un futuro. Por tanto, permite que podamos realizar tareas a largo plazo. Y estructurar nuestra vida de una manera autónoma e independiente. Un ejemplo típico de olvido relacionado con esta memoria sería.“¿A qué he venido yo a la sala de estudio?”. Otros ejemplos a destacar. Recordar ir a una cita médica o, recordar los productos de la lista de la compra. No dar el recado a tu pareja de que ha de devolver la llamada al gestor de su banco. Olvidar cuál era la calle en la que había quedado con mi madre.
  • Olvidos y memoria presente. La memoria presente se caracteriza por ser transitoria y también por su actividad. Con este tipo de memoria, se almacena cantidades pequeñas de información. Esto ocurre en períodos temporales breves. De tal manera que en el caso de no aplicarse algún proceso de control de la información. Junto con el no uso de alguna estrategia para ayudar en las fases de codificación y almacenamiento, la información desaparecería. Un ejemplo, es cuando durante una conversación, no se sabe continuar con lo que se estaba diciendo. Es decir, se pierde el hilo de ese discurso. Además del conocido fenómeno de la punta de la lengua: “lo tengo en la punta de la lengua”.

Información obtenida de:

Delgado Losada, M.L. (2013). Olvidos cotidianos. En Barroso, J.M. (Ed.), Programa de entrenamiento en estrategias para mejorar la memoria (pp. 25-43). Madrid: EOS.

Muñoz Marrón, E., y González Rodríguez, B. Estimulación cognitiva y rehabilitación neuropsicológica de la memoria. Universitat Oberta de Catalunya (FUOC). P09/80548/00293

Miriam Benavides

Psicóloga Sanitaria

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