En ocasiones o por costumbre, comemos rápido, sin parar en el sabor, sin masticar, lo que favorece comer más cantidad. Porque desde que entra la comida en la boca, hasta que el intestino delgado la recibe y manda la señal al cerebro, se necesita un tiempo, y si comemos rápido, es probable que comamos más cantidad de lo que debemos.
Os vamos a enseñar una técnica de mindfulness para comer despacio y menos cantidad, porque nuestro cerebro con menos cantidad nos dirá que ya hemos comido lo suficiente. Porque el mindfulness aplicado a nuestro día a día, nos va a ayudar a vivir más tranquilamente, a disfrutar de lo que hacemos y a hacerlo bien, siendo plenamente conscientes de lo que hacemos.
A la hora de comer, prepara la comida, con alimentos saludables, que incluyan fruta y verdura, siéntate a comer en un sito cómodo, y a poder ser que te guste, si es cerca de una ventana mejor, y prepárate a disfrutar de ese corto tiempo de relax, de parar de hacer tareas. A poder ser sin móvil ni televisión, y si es acompañado de una buena conversación mejor.
Empieza comiendo despacio, saboreando cada alimento, notando la textura en la lengua y en el paladar, masticando muchas veces, centrando nuestra atención en los colores, en lo que vemos. Notando nuestra respiración, y qué señales recibimos de nuestro cuerpo al incorporar los alimentos. Céntrate en las sensaciones que te producen. Esta forma de comer es un tipo de meditación que logrará que comas más despacio y que no comas tanta cantidad.
Espero que os haya gustado y os sirva en vuestro día a día.
Elisa Vaca
Psicóloga Sanitaria Mindfulness