¿Qué hacer si mi hijo tartamudea?
El tartamudeo es un trastorno del habla que consiste en la repetición de sonidos o sílabas. Prolongación de fonemas, paradas inadecuadas durante el discurso y gestos faciales asociados a la emisión con dificultad de alguna palabra.
En el complejo proceso de adquisición y desarrollo del lenguaje, existe una etapa en la que el niño tartamudea. Es decir, están presentes disfluencias del habla consideradas evolutivas. Esta etapa tiene lugar entre los 2 y 4 años. Más tarde, irán desapareciendo aproximadamente a los dos años desde su primera aparición.
- ¿Cómo se si mi hijo tartamudea?
- Repeticiones, bloqueos prolongaciones.
- Incoordinación fono-respiratoria (voz-respiración).
- Ansiedad y frustración asociadas al momento de hablar.
- Temblores, muecas y gestos asociados.
- Cambios en el ritmo cardíaco.
2. ¿Cómo debo actuar como padre/madre/cuidador/a al respecto?
Lo primero, es entender que, por poseer disfluencias, tu hijo no es tartamudo. No hay que ponerle una etiqueta, simplemente comprender que el proceso del habla es muy complejo y difícil de aprender.
Es recomendable generar en el hogar un ambiente tranquilo y distendido. Donde el niño pueda hablar sin exigencias del entorno, ni correcciones. Además, es muy beneficioso compartir actividades con él, en los que estén implicados momentos de diálogo. Como puede ser la lectura de un cuento, pintar y generar personajes o historias.
Respecto a la actitud directa que hay que adoptar:
- Es muy importante no corregir las disfluencias o repeticiones. No hacer ningún comentario verbal ni gestos como consecuencia a sus paradas o bloqueos.
- No se debe interrumpir al niño, ni completar sus frases.
- Se debe hacer refuerzo positivo a las emisiones que haga el niño. Fijándonos más en el contenido que en la forma de su mensaje. Nos centramos en que estamos comunicándonos, más que en la formalidad del lenguaje.
3. ¿Cómo hablar al niño?
- Proporcionar un modelo correcto de habla, tranquilo e inteligible.
- Simplificar las frases a su nivel.
- No realizar preguntas para iniciar la conversación, sino darle un modelo en el que él pueda participar. Ejemplo; No: ¿qué tal el día? / Si: Hoy he ido al trabajo y tu hermano a piscina.
- No exponerle a hablar. No: “dile a tu tío qué tal vas en el cole”. Dejar que sea él quien inicie un tema.
- Evitar darle indicaciones acerca de su velocidad del habla: No: “más despacio”. Si: “Mamá tiene tiempo para escuchar”.
La mayoría de los casos evolucionan positivamente, no obstante, si las disfluencias persisten o son muy disruptivas para el niño, es preciso asistir a un especialista para que realice una valoración.
Paula Ágreda
Logopeda