La alimentación en la depresión
La alimentación es un factor muy importante en la depresión y otras patologíasas. Cada día está más presente la importancia de una buena alimentación para mantener un buen estado físico, emocional y psicológico.
Actualmente es uno de los temas que más se está estudiando, en el que se van encontrando nuevas evidencias científicas sobre la influencia de una buena alimentación en nuestra salud mental.
La depresión es una de las patologías más diagnosticada en los últimos años, considerada como una enfermedad grave que afecta a la persona a nivel físico y mental, que influye a nivel cognitivo, conductual y emocional.
Este estado, ocasiona síntomas que dificultan la correcta conciliación del sueño, ya sea por exceso o por déficit, cansancio, pérdida de energía, estado de apatía, ánimo irritable, estado de ánimo bajo, perdida de placer, cambios en los hábitos de alimentación bien con aumento o con una pérdida del apetito. Ocasionando este último, un aumento o una disminución del peso corporal, afectando y deteriorando a la imagen y a la percepción de uno mismo.
Teniendo en cuenta este último aspecto, es importante cuidar la alimentación en el día a día, pero más si cabe, si se está en esta situación, ya que las personas deprimidas suelen buscar en la comida una fuente de placer y satisfacción ante el malestar emocional, denominado comúnmente “alimentación emocional”.
En algunos casos, las personas que padecen este trastorno, descuidan la alimentación porque comen lo primero que ven y lo más fácil de preparar. Los alimentos que generalmente suelen ser seleccionados, son aquellos ricos en grasas y azúcares que desequilibran la balanza de una alimentación saludable.
Todos los órganos y células del organismo necesitan nutrientes para poder encontrar su equilibrio químico. Este equilibrio previene posibles carencias y permite funcionar de la manera más óptima al organismo.
El medio para poder conseguirlo es mediante la ingesta diaria de estos nutrientes, como las vitaminas D, C, B, ácido fólico, entre otros. Muchos de los estudios señalan que la toma de algunos alimentos previenen y disminuyen el riesgo de padecer depresión. Por ello, es importante promover una alimentación rica en ácidos grasos esenciales, vitaminas, minerales y aminoácidos, ya que el sistema nervioso está constituido en gran parte por grasas, encargadas de producir las conexiones nerviosas entre las neuronas. Llevar una alimentación regular rica en estos nutrientes, suscitará una mejora del estado psicológico, previniendo ciertas alteraciones del sistema nervioso y un estado de ánimo tipo depresivo.
Es importante destacar que una vida saludable forma parte una alimentación equilibrada, junto con un ritmo de vida activo, estos dos aspecto son la clave para promover el bienestar tanto físico como psicológico.
Estos son algunos de los nutrientes necesarios a incluir en la ingesta diaria para prevenir patologías y favorecer un buen estado de ánimo:
- Vitamina C: se puede encontrar en verduras y frutas como el limón, el pomelo, la naranja, las fresas, el tomate, el pimiento rojo, las espinacas, el perejil…
- Vitamina D: este nutriente se puede obtener mediante el consumo de complejos vitamínicos o bien con la toma de alimentos como el salmón ahumado, el atún, el bonito, la dorada, el aceite de hígado de bacalao…
- Vitamina B12: se puede encontrar en las carnes de ternera, el hígado, los huevos, el atún, las sardinas…
- Folacina o ácido fólico (vitamina B9): los alimentos que contienen este componente ayudan a aumentar los niveles de serotonina. Algunos de los alimentos que contienen folacina son el brócoli, los espárragos, las espinacas, el germen de trigo…
- Aminoácidos: el Triptófano es un neurotransmisor del bienestar general, que promueve la relajación y fomenta el buen humor. Los alimentos que pueden aportarnos este beneficioso nutriente, son las legumbres, los lácteos, las frutas (plátano, piña, aguacate…), el chocolate negro, las semillas, los frutos secos…
- Antioxidantes y ácidos grasos: estos se componen de omega 3 y omega 6. Lo podemos encontrar en el pescado azul, los frutos secos, el aguacate, en el aceite de oliva, aceite de girasol, en las legumbres…
- Minerales: como puede ser el calcio, el magnesio (legumbres, semillas, frutos secos y verduras), el potasio (alcachofa, plátano, legumbres…) y el litio (huevos, pescado, tomate, remolacha…).
- Proteínas de origen animal: como es la carne de cerdo, de cordero, de ternera, los pescados…
- Yodo: los alimentos ricos en este nutriente podremos encontrarlos en frutos como los arándanos, los vegetales marinos, el marisco, los pescados azules, las papas…
Rocío Delgado
Psicóloga Sanitaria