Endorfinas Las hormonas de la felicidad

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ENDORFINAS LAS HORMONAS DE LA FELICIDAD

Todos hemos escuchado alguna vez que las endorfinas son las hormonas de la felicidad. Pero realmente, ¿qué son?, ¿cómo funcionan?, ¿cómo podemos «crearlas´´?

Técnicamente hablando las endorfinas se definen como péptidas (proteínas pequeñas) que se unen con los receptores de los opioides del sistema nervioso central, que funcionan como un tipo de neurotransmisor.

Ahora bien, ¿qué son los neurotransmisores? Pues son sustancias que están en el cerebro y permiten que exista la comunicación entre neuronas, es decir, permiten el paso de la información. Como hemos dicho, las endorfinas son un tipo, dentro de los múltiples que existen de neurotransmisores. Este tipo está encargado de la estimulación de circuitos cerebrales encargados del placer, por eso se conocen como opiáceos endógenos, ya que tienen efectos parecido a la morfina o al opio y se producen dentro del propio cuerpo.

Los efectos más conocidos de las endorfinas son una disminución de la ansiedad, aumentan la sensación de bienestar y tienen un efecto analgésico. Endorfinas las hormonas de la felicidad. Como es lógico, las personas repetimos situaciones o acciones que nos han resultado agradables, ya sea realizar algún tipo de actividad física, reuniones sociales, comer algún tipo de comida en concreto o un largo etcétera, y son estas endorfinas la que permiten que esta asociación se produzca y tendamos a repetir esas acciones. Estas endorfinas en las situaciones que consideramos como placenteras se liberan desde el hipotálamo y la hipófisis, situadas en el cerebro y dan felicidad.

Cómo producir endorfinas la hormona de la felicidad

Las endorfinas realmente no actúan solo en momentos de placer, si no que pueden producirse de dos maneras distintas. La primera de ellas es la que hemos explicado previamente, en la que el humano experimenta placer generado por las endorfinas. La segunda, en cambio, se producen cuándo nos están quitando dolor, es decir, dejamos de sentir el malestar que teníamos previamente, cuando se produce la secreción de endorfinas.

Presentar niveles bajos de manera continuada de este neurotransmisor tiene determinadas consecuencias en el organismo. De hecho, durante la pandemia mucha gente ha podido experimentar la sensación de no tener ningún momento de placer ya que se nos retiraron las reuniones sociales, el salir de casa o el hacer deporte al aire libre. El resultado de tener esos niveles tan bajos produce en la gente es una sensación de depresión, existen cambios de humor bruscos, y todas las situaciones o actividades se les hacen cuesta arriba. Además, experimentan una disminución de la motivación.

En este estado basal tan bajo, muchas de las personas intentar subir ese nivel de endorfinas recurriendo a estímulos externos, lo que realmente produce una dependencia a diferentes situaciones o conductas que les producen esta subida de endorfinas. Es decir, tienen un locus de control externo, en el que el control sobre la producción de endorfinas depende de factores externos. Lo que tenemos que conseguir es que aun teniendo este estado basal tan bajo, la personas sea capaz poco a poco de producir ella misma esas endorfinas, con un locus de control interno. Es decir, que la producción de endorfinas de la persona no dependa de factores o estímulos externos, si no que sea ella misma quien tenga el control para poder producir esas endorfinas.

Pero,¿cómo hacemos esto de manera natural? Realmente hay bastantes maneras de realizar esto, y cada persona es un mundo, con unos gustos y unas situaciones o conductas que les puedan producir placer muy variadas. A continuación, vamos a mencionar algunas maneras de producir endorfinas de manera natural, pero repito, cada uno tiene las suyas.

El deporte es una manera para generar endorfinas. Es realmente importante adaptar el deporte a nuestra capacidad física al principio e ir modificándolo según vayamos mejorando. La comida es otra de las maneras de producir endorfinas de manera natural. Eso sí, es importante hacer elecciones de comida saludable, es decir, no procesada, ya que esa es la que realmente nos ayuda a producir endorfinas. Otra posible manera de producir endorfinas es dándose una ducha fría. Después de esta ducha te sientes más despierto y activo. De este modo aprendes a generar endorfinas las hormonas de la felicidad.

Dentro de todos los neurotransmisores existentes en el cerebro este es uno de los relacionados con el placer y la felicidad, pero realmente no es el único. También existen tanto la dopamina y la serotonina, que están muy ligados al estado de ánimo.

Lucía Ongil

Psicóloga Sanitaria

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