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Agilidad emocional qué es

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¿Qué es la agilidad emocional y cómo puede mejorar tu vida?

En un mundo en constante cambio, la capacidad de gestionar nuestras emociones de manera efectiva es clave para el bienestar personal y profesional. La agilidad emocional es una habilidad que nos permite reconocer, comprender y manejar nuestras emociones de forma saludable, sin quedarnos atrapados en ellas ni reprimirlas.

Este concepto, desarrollado por la psicóloga Susan David, es fundamental para afrontar los desafíos de la vida con mayor resiliencia y flexibilidad. A diferencia del pensamiento positivo extremo, que busca ignorar las emociones negativas, la agilidad emocional nos enseña a aceptar y gestionar cualquier emoción, incluso las más incómodas, para tomar mejores decisiones y mejorar nuestra calidad de vida.

En este artículo, exploraremos qué es la agilidad emocional, cómo desarrollarla y por qué acudir a un psicólogo puede ser una excelente opción para fortalecer esta habilidad.

¿Qué es la agilidad emocional?

La agilidad emocional es la capacidad de interactuar con nuestras emociones de manera flexible y saludable, sin que ellas nos controlen. Es decir, en lugar de reaccionar impulsivamente ante una emoción, aprendemos a gestionarla con conciencia y equilibrio.

Este concepto se basa en cuatro pilares fundamentales:

  1. Aceptación emocional: Reconocer y validar nuestras emociones, sin juzgarlas ni intentar evitarlas.
  2. Desapego de la emoción: Entender que no somos nuestras emociones, sino que simplemente las experimentamos.
  3. Claridad en nuestros valores: Conectar con lo que realmente importa en nuestra vida para tomar decisiones alineadas con nuestros objetivos.
  4. Acción basada en valores: Actuar de manera consciente y no desde la impulsividad emocional.

La agilidad emocional es especialmente útil en situaciones de estrés, conflictos interpersonales o momentos de incertidumbre, ya que nos permite responder con inteligencia y no desde la reactividad.

Diferencias entre agilidad emocional e inteligencia emocional

Aunque la agilidad emocional y la inteligencia emocional están relacionadas, no son exactamente lo mismo.

Característica Inteligencia Emocional Agilidad Emocional
Definición Capacidad de reconocer, comprender y gestionar emociones propias y ajenas. Habilidad para interactuar de manera flexible con las emociones sin quedar atrapado en ellas.
Enfoque Manejo de emociones y relaciones interpersonales. Aceptación y adaptación emocional para actuar con conciencia.
Objetivo Regular emociones para mejorar el bienestar y la comunicación. Usar las emociones como guías para decisiones alineadas con los valores personales.

Mientras que la inteligencia emocional se enfoca en el manejo de las emociones y la empatía con los demás, la agilidad emocional pone énfasis en nuestra relación interna con las emociones y cómo podemos utilizarlas de manera estratégica.

Beneficios de desarrollar agilidad emocional

La agilidad emocional nos ayuda en múltiples aspectos de la vida. Algunos de sus beneficios más importantes son:

1. Mejor toma de decisiones

Cuando gestionamos bien nuestras emociones, evitamos actuar por impulsos y podemos analizar las situaciones con mayor claridad.

2. Reducción del estrés y la ansiedad

Aceptar nuestras emociones y aprender a manejarlas reduce la tensión emocional y nos ayuda a enfrentar los desafíos con mayor calma.

3. Mejora en las relaciones personales

Al ser más conscientes de nuestras emociones y reacciones, podemos comunicarnos de manera más efectiva y evitar conflictos innecesarios.

4. Mayor resiliencia ante la adversidad

Las personas con agilidad emocional pueden adaptarse mejor a los cambios y sobrellevar mejor los momentos difíciles.

5. Aumento de la satisfacción y el bienestar

Cuando actuamos en función de nuestros valores y no desde la reactividad emocional, nos sentimos más alineados con nuestra vida y propósito.

Cómo desarrollar la agilidad emocional

Si bien algunas personas tienen una predisposición natural a manejar bien sus emociones, la agilidad emocional es una habilidad que se puede desarrollar con práctica.

1. Reconoce tus emociones sin juzgarlas

El primer paso es identificar lo que sentimos sin etiquetar nuestras emociones como “buenas” o “malas”. Cada emoción tiene un propósito y es importante darle espacio.

Ejemplo: En lugar de pensar “No debería estar triste”, podemos decirnos “Estoy sintiendo tristeza. ¿Qué me está queriendo decir esta emoción?”

2. Separa tu identidad de tus emociones

Muchas veces nos definimos por lo que sentimos, lo que nos hace quedar atrapados en una emoción. En lugar de decir “Soy ansioso”, es más útil decir “Estoy sintiendo ansiedad en este momento”.

Esta pequeña diferencia en el lenguaje nos ayuda a recordar que las emociones son pasajeras y no nos definen.

3. Cuestiona la historia que te cuentas

Cuando estamos atrapados en una emoción, solemos construir narrativas en nuestra mente que pueden ser exageradas o distorsionadas.

Por ejemplo, si alguien no responde a nuestro mensaje, podemos pensar “Seguro que me ignora porque ya no le importo”. Sin embargo, esta historia no siempre es cierta y puede ser útil preguntarnos: ¿Tengo evidencia real de esto? ¿Podría haber otra explicación?

4. Conecta con tus valores

Preguntarnos ¿qué es realmente importante para mí en esta situación? nos ayuda a actuar con coherencia en lugar de reaccionar desde la impulsividad.

Por ejemplo, si estamos en una discusión y sentimos enojo, podemos preguntarnos: ¿Mi reacción refleja el tipo de persona que quiero ser? Si valoramos la comunicación respetuosa, podemos elegir responder de manera calmada en lugar de atacar.

5. Toma acción alineada con tus valores

La clave de la agilidad emocional no es solo aceptar las emociones, sino utilizarlas como guías para tomar decisiones más conscientes.

Si sentimos ansiedad antes de un desafío, en lugar de evitarlo, podemos preguntarnos: ¿Cómo puedo actuar de manera que refleje mis valores y objetivos? Esto nos ayuda a salir de nuestra zona de confort sin ignorar nuestras emociones.

Cómo un psicólogo puede ayudarte a mejorar tu agilidad emocional

Si bien podemos trabajar en nuestra agilidad emocional por nuestra cuenta, en algunos casos puede ser útil acudir a un psicólogo. Un profesional puede ayudarte a:

  • Identificar patrones emocionales que te limitan.
  • Aprender técnicas para regular mejor tus emociones.
  • Explorar la raíz de ciertas emociones persistentes.
  • Mejorar la comunicación en tus relaciones personales.
  • Desarrollar mayor claridad sobre tus valores y cómo aplicarlos en tu vida.

Muchas veces, nuestras emociones están influenciadas por experiencias pasadas o creencias inconscientes, y un psicólogo puede brindarnos herramientas para comprenderlas y gestionarlas de manera más efectiva.

Conclusión

La agilidad emocional es una habilidad clave para vivir con mayor equilibrio y bienestar. A diferencia de la represión emocional o el positivismo tóxico, esta habilidad nos enseña a aceptar nuestras emociones, separarnos de ellas y utilizarlas como guía para tomar decisiones más conscientes.

Desarrollar la agilidad emocional nos ayuda a manejar mejor el estrés, mejorar nuestras relaciones y actuar de manera más alineada con nuestros valores. Si sientes que te cuesta gestionar tus emociones o que te dejas llevar demasiado por ellas, acudir a un psicólogo puede ser una excelente opción para fortalecer esta capacidad y mejorar tu calidad de vida.

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Elisa Vaca
Elisa Vaca
Elisa Vaca Psicóloga es la autora de esta entrada de información y la autora de los cursos Educar en Positivo y Tratamientos en video para ver en casa.

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