Si te estás preguntando cómo gestionar tus emociones, te contamos que es posible y que puedes conseguirlos, si no, siempre puedes contar con nuestra ayuda. Los psicólogos somos expertos en emociones.
Ante dificultades psicológicas como estados de depresión, ansiedad o estrés entre otros. O ante problemas de sueño, alteraciones en la alimentación o en otros aspectos de la vida diaria. Tendemos a intentar cambiar nuestros pensamientos ante las dificultades psicológicas, pero ¿es esa la solución?. Lo cierto es que no siempre es así, los pensamientos no son los protagonistas.
Es cierto que somos seres racionales pero la razón no puede controlar el corazón. En situaciones de estrés o alteraciones psicológicas intentamos controlar a través de nuestra razón. Pero lo cierto es que no es posible. En estas ocasiones es díficil saber cómo gestionar las emociones. Cuando hay estabilidad emocional es cierto que la razón puede llevarnos a encontrar el camino pero cuando hay que controlar una situación emocional explosiva no ocurre. A nivel neuropsicológico no hay caminos de relación directos para que la razón pueda calmar nuestras emociones. El sistema límbico no se relaciona de manera directa con el neocórtex en la gestión o control de las situaciones explosivas. En lugar de ello la emoción “satura” esos canales y quedan “bloqueados”.
Por todo ello, ante estas situaciones la razón tiene que dejar un hueco a las emociones. Lo importante es la gestión emocional. El corazón puede con la razón.
Pero qué es la gestión emocional.
A veces al hablar de cómo gestionar las emociones, la gente cree que se trata de controlar las emociones. Pero el intentar controlarlas hace que estas se descontrolen. ¿Puedes dejar de estar enfadado? ¿Pudiste pasar de estar triste a contento?. A lo mejor en ese momento creíste haberlo conseguido pero lo que hiciste es reprimirlo, con las consecuencias que ello conlleva. Entonces cuando en psicología hablamos de gestión emocional no hablamos de control de las mismas sino de aceptación y manejo.
Uno de los primeros aspectos a aprender en Cómo gestionar las emociones, un primer paso es la detección de las mismas. Es decir, darte cuenta de qué estás sintiendo. Hay situaciones en las que interpretamos que estamos teniendo determinada emoción cuando no es así. Es muy importante que conozcamos cómo reacciona nuestro cuerpo y anticiparnos a nuestra mente. El problema, en muchas ocasiones, radica en que la mente interpreta de manera errónea o disfuncional, lo que está ocurriendo. Por todo ello es muy importante que nos entrenemos en detectar en el día a día cómo nos sentimos. Lo que coloquialmente se llama atención plena. No aprender a gestionar las emociones en la crisis sino aprender de ellas en el día a día. Darlas nombre en situaciones cotidianas para que este entrenamiento esté automatizado en la situaciones problemas.
Una vez hemos aprendido a detectar los síntomas que nos muestran qué pasa en nuestro corazón tenemos que aprender a aceptar las mismas. Parece algo sencillo ¿verdad?. Pero es lo más complicado de conseguir. De manera automática, como somos seres racionales… intentamos “arreglar” lo que nos produce malestar. Es decir, intentamos cambiar o evitar emociones que nos generan malestar. Pero saber cómo gestionar emociones es algo indispensable en el día a día. Pero esto hace que venga el malestar. Pensar que no tengo que estar triste, o que tengo que controlar mis nervios hace que todo ello vaya a más o se cronifique en el tiempo. Por todo ello hay que aceptar todas las emociones, ya que son imprescindibles.
Las emociones nos ayudan en el día a día y gracias a ellas podemos:
- Obtener nuestro máximo rendimiento. La ansiedad nos activa y nos prepara para poder conseguir nuestros objetivos. Hace que el cerebro consuma más glucosa para poder llegar a la solución. Estar demasiado relajado non favorece la resolución de problemas.
- Expresar las emociones evitan conflictos. En ocasiones, en las relaciones sociales, se temen los conflictos y se ocultan las “emociones negativas”. Pero esto hace que a medio plazo el conflicto sea mayor. Porque la emoción queda enquistada y se hace más intensa e irracional.
- Conseguir nuestros objetivos. Las emociones mueven el mundo ¿verdad?. Lo cierto es que al igual que la razón no puede mover a la emoción, de manera inversa si. Cuando algo te mueve a nivel emocional te prepara para actuar. El ocultar la emoción o intentar evitarla hace que no conozcas lo que ocurre en tí.
- Expresar nuestras necesidades. La emoción te muestra que es lo que te gusta o te disgusta. Te muestra aquello que, en ocasiones, se encuentra en tu inconsciente. Y ello es lo que te produce malestar. Aquel malestar que muchas veces no sabes explicar.
Así que no pierdas tiempo, siente tus emociones, dales sentido y verás como siempre hay un arcoíris tras la tormenta. Pero sino vives la tormenta el arcoíris no podrá surgir. Si aún tienes dudas de cómo gestionar tus emociones, los psicólogos podemos ayudarte.
Belén Pozo
Psicóloga Sanitaria