0,00 EUR

No hay productos en el carrito.

0,00 EUR

No hay productos en el carrito.

InicioBlogQué hacer si hijo no quiere comer

Qué hacer si hijo no quiere comer

-

¿Qué hacer si mi hijo no quiere comer? Razones, soluciones y errores comunes

Una de las preocupaciones más frecuentes de madres, padres y cuidadores es cuando el niño no quiere comer. La hora de la comida puede convertirse en un campo de batalla, con padres frustrados y niños irritados. Pero antes de perder la paciencia o preocuparse en exceso, es importante entender por qué sucede esto, qué se puede hacer y qué es mejor evitar.

Si tu hijo es un niño que te preocupa a la hora de las comidas, el curso en video para ver en casa Tratamiento Niños Mal Comedores de Elisa Vaca, psicóloga infantil puede ayudar en los casos en los que el problema persista.

En este artículo abordaremos las posibles razones por las que un niño no quiere comer, estrategias efectivas para ayudarlo, errores comunes que deben evitarse y cuándo es recomendable acudir a un psicólogo infantil. Si estás atravesando esta situación, este artículo está hecho para ti.

Índice

1. ¿Es normal que un niño no quiera comer?

2. Principales razones por las que un niño no quiere comer

• Cambios en el desarrollo

• Introducción forzada de alimentos

• Problemas emocionales

• Enfermedades físicas o malestares

• Exceso de snacks o bebidas

• Falta de rutina

3. Qué hacer si mi hijo no quiere comer

4. Qué NO debes hacer cuando tu hijo no quiere comer

5. Cuándo buscar ayuda profesional

6. Ideas prácticas para estimular el apetito

7. Conclusión

¿Es normal que un niño no quiera comer?

Sí, hasta cierto punto es completamente normal. Los niños, especialmente entre el primer y sexto año de vida, atraviesan distintas fases en su desarrollo donde su apetito puede variar drásticamente. Hay etapas donde comen con entusiasmo y otras en las que parecen rechazar toda la comida. Este comportamiento forma parte de su proceso de crecimiento y de afirmación de su independencia.

No obstante, si la falta de apetito persiste durante semanas, hay pérdida de peso o cambios notables en el comportamiento, es momento de observar con más detenimiento y actuar.

Principales razones por las que un niño no quiere comer

1. Cambios en el desarrollo

Durante los primeros años de vida, el crecimiento no es lineal. Hay períodos donde el cuerpo necesita más energía y otros en los que el apetito disminuye naturalmente. Es común que, después del primer año de vida, el niño parezca tener menos hambre.

2. Introducción forzada de alimentos

Obligar al niño a comer ciertos alimentos o usar el chantaje (como “si no comes, no hay postre”) puede generar rechazo no solo hacia la comida, sino hacia todo el momento de la comida. El niño puede asociar ese momento con tensión o castigo.

3. Problemas emocionales

El estrés, los cambios en la dinámica familiar (como la llegada de un hermanito, mudanzas o separación de los padres), problemas en el colegio o incluso conflictos en casa, pueden hacer que el niño pierda el apetito. En estos casos, un psicólogo infantil puede ayudar a identificar y tratar la causa emocional.

4. Enfermedades físicas o malestares

Problemas digestivos, intolerancias alimentarias, infecciones leves o incluso el uso de algunos medicamentos pueden reducir el apetito. Si tu hijo muestra otros síntomas, como fiebre, cansancio excesivo o dolores frecuentes, consulta al pediatra.

5. Exceso de snacks o bebidas

Muchos niños no tienen hambre a la hora de la comida porque han consumido snacks poco saludables o bebidas azucaradas durante el día. Estos productos pueden llenar el estómago pero no aportan los nutrientes necesarios.

6. Falta de rutina

Si los horarios de comida no son regulares o se come frente a la televisión o el celular, es más difícil que el niño desarrolle una relación sana con la comida.

¿Qué hacer si mi hijo no quiere comer?

1. Establece horarios fijos

Los niños necesitan rutinas. Establecer horarios regulares para las comidas y meriendas ayuda a que el cuerpo y el cerebro se acostumbren a comer en determinados momentos. Evita ofrecer comida cada vez que el niño diga que tiene hambre fuera de esos horarios.

2. Crea un ambiente positivo

Haz de la hora de la comida un momento agradable, sin distracciones, gritos ni presiones. Conversen, escuchen música suave y evita usar pantallas. Un ambiente tranquilo favorece el apetito.

3. Involucra al niño en la preparación

Permitir que tu hijo participe en la elección de los alimentos o que te ayude a preparar platos sencillos puede aumentar su interés por comer. Cuando sienten que han colaborado, es más probable que quieran probar lo que han hecho.

4. Respeta su apetito

No lo obligues a terminar el plato. Enséñale a escuchar a su cuerpo. Ofrece porciones pequeñas y deja que repita si tiene hambre. De esta forma, no se siente forzado ni frustrado.

5. Introduce alimentos nuevos gradualmente

En lugar de presentar un plato completamente nuevo, incorpora el alimento que quieres introducir junto a otros que ya le gustan. La repetición y la exposición gradual pueden aumentar la aceptación.

6. Sé un ejemplo

Los niños aprenden por imitación. Si ven que los adultos comen con gusto y de forma saludable, es más probable que ellos también lo hagan. Evita comentarios negativos sobre la comida frente a ellos.

7. Evita el uso de premios o castigos

Frases como “si comes todo, te doy un dulce” refuerzan la idea de que la comida saludable es una obligación y que el premio es lo verdaderamente valioso. Esto puede generar una relación poco sana con los alimentos.

8. Observa señales emocionales

Si sospechas que hay un componente emocional detrás del rechazo a la comida, como ansiedad, tristeza o miedo, considera la posibilidad de consultar con un psicólogo infantil que pueda trabajar con tu hijo y contigo para abordar la situación.

Qué NO debes hacer cuando tu hijo no quiere comer

1. No lo obligues a comer

La coerción genera tensión, angustia y rechazo. Además, puede dar lugar a problemas alimentarios en el futuro.

2. No lo compares

Evita decir cosas como “mira cómo come tu hermano” o “a tu edad, yo comía de todo”. Las comparaciones bajan la autoestima y aumentan la resistencia.

3. No utilices la comida como castigo o recompensa

Esto puede fomentar hábitos poco saludables y asociar la comida con emociones negativas.

4. No ofrezcas alternativas constantemente

Si el niño rechaza lo que hay, no cocines otra cosa inmediatamente. Esto le enseña que siempre puede elegir y evitar lo que no le gusta. En cambio, deja el plato en la mesa por un tiempo prudente. Si no lo quiere, se retirará sin conflicto. Luego puede esperar hasta la siguiente comida o merienda programada.

5. No lo alimentes con distracciones

Aunque pueda parecer útil para que coma sin darse cuenta, permitir que vea televisión o use el celular mientras come interfiere con su capacidad de escuchar a su cuerpo y genera una relación automática y poco consciente con la comida.

Cuándo preocuparse y buscar ayuda profesional

Aunque en la mayoría de los casos se trata de una etapa pasajera, hay señales que indican que es hora de acudir al pediatra o incluso a un psicólogo infantil:

Lo importante es que no se convierta en una rutina, si llevas más de 3 meses que notas que te cuesta que coma, deberías hacer nuestro curso para solucionarlo cuanto antes, y si es un caso difícil, ponerte en contacto con nosotras para un plan personalizado.

• El niño ha bajado de peso significativamente.

• Se niega a comer durante varios días consecutivos.

• Presenta vómitos, diarrea, dolor de estómago o fiebre.

• Hay cambios en el comportamiento: irritabilidad, tristeza, aislamiento.

• Tiene una fijación excesiva con ciertos alimentos o con el control de su alimentación.

Un especialista puede descartar causas médicas, ofrecer estrategias personalizadas y trabajar en conjunto con la familia para mejorar la situación.

Ideas prácticas para estimular el apetito del niño

• Platos divertidos: Presenta la comida con formas llamativas o en porciones pequeñas como si fuera un juego. Usa moldes, colores variados y creatividad.

• Permite elegir: Ofrece dos opciones saludables y deja que el niño elija cuál quiere. Esto le da una sensación de control sin que deje de alimentarse bien.

• Integra alimentos favoritos: Si le encanta el queso, incorpóralo con vegetales o legumbres. Si disfruta del pan, úsalo para introducir nuevas proteínas.

• Ofrece meriendas nutritivas: Evita los productos ultraprocesados. Frutas, frutos secos (según la edad), yogur natural o pan integral con aguacate son buenas opciones.

La paciencia es clave, pero no siempre

Criar a un niño con una buena relación con la comida es un proceso que requiere tiempo, paciencia y mucha observación. Cada niño es diferente, y lo que funciona para uno puede no ser eficaz con otro. Lo importante es mantener una actitud calmada, evitar la lucha de poder y buscar ayuda si lo necesitas. Pero puede hacer que las comidas se vuelvan eternas y hacer niños muy lentos a la hora de la comida, nuestro curso puede ayudarte en esto.

No estás solo ni sola en este proceso. Muchos padres pasan por lo mismo, y con el acompañamiento adecuado, tu hijo puede recuperar el gusto por comer sin presión, castigos ni estrés.

Conclusión

Si tu hijo no quiere comer, lo primero es no alarmarse. Identificar las causas, actuar con empatía y constancia, y evitar los errores comunes puede marcar una gran diferencia. En algunos casos, es importante recurrir a un psicólogo infantil para profundizar en aspectos emocionales o conductuales que puedan estar influyendo. Recuerda que más allá de lo que come, tu hijo necesita sentirse escuchado, respetado y acompañado.

Comida para niños que no quieren comer

Últimos artículos

× ¿Cómo podemos ayudarte?