Lenguaje interno y autocontrol

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En cambio, el lenguaje externo es el que empleamos para dirigimos a los demás.

Parece claro que esta diferencia radica y fundamental entre las funciones de uno y otro. Pero tienen consecuencias en la naturaleza estructural de ambas funciones verbales. El lenguaje interno se relaciona con el autocontrol.

La diferencia principal entre una modalidad y otra es que, en el lenguaje externo o social, contamos con un receptor distinto al emisor del mensaje. Por ello, ha de contener información referencial. Para que pueda captar la totalidad de este.

En el lenguaje interno el emisor y el receptor es la misma persona. Por lo que se puede afirmar que el lenguaje interno consta únicamente de predicados. Puesto que se conoce el sujeto del que se realizan dichas afirmaciones.

Vygotsky decía que el habla interna es la experiencia de hablarse a sí mismo en silencio. Esto parece ser un lenguaje sin sonido. Un habla subvocalizada o, como declara en su última obra, un pensamiento verbal. Por ello el lenguaje interno se relaciona con el autocontrol.

Además, se cree que está repleto de semántica. Y que una única palabra en esta modalidad debería ser explicada con muchas otras en el lenguaje expresivo.

Este carácter de diálogo interiorizado tiene un papel fundamental en la reflexión sobre la propia acción, sobre el pensamiento, sobre la identidad propia.

¿Cómo se desarrolla este lenguaje interno?

Según Luria, en los orígenes de la comunicación del niño con el adulto, focaliza toda su atención en las emisiones de este, por ejemplo, cuando el bebé está mamando y la madre habla, este deja de succionar para prestar atención.

Se cree que mas tarde, esta actividad interpsicológica, pasará a ser un proceso de auto regulación de carácter intrapsíquico. 

De esta forma, se puede afirmar que los inicios del dominio de la propia conducta por medio del lenguaje comienzan con la capacidad del niño de orientarse y guiarse en base al lenguaje del adulto.

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En un blog anterior, se explicó en qué consiste el lenguaje interno. En esta ocasión observaremos cómo se adquier.Y llega a ser un regulador fundamental de la propia conducta. Cómo se relaciona el lenguaje con el autocontrol.

En un primer momento el niño se guía por las instrucciones del adulto.

A continuación, y frente a una acción difícil o secuenciada el niño solicitará ayuda. Expresando su incapacidad para realizar una tarea. Y el adulto debe verbalizar las posibles soluciones ante esta dificultad. Será en ese momento cuando el niño repita para sí las instrucciones del adulto. Y lo vaya convirtiendo paulatinamente en un discurso para sí mismo. Lenguaje egocéntrico o para sí mismo. Irá evolucionando con el paso del tiempo hasta convertirse en un lenguaje interno silencioso. Repleto de predicados, y de descripción de acciones.

Es el lenguaje interno quién permite a la persona regular su conducta. Cesar una tarea o un comportamiento. En resumen, secuenciar una serie de acciones, mediatizar, e incluso comprender y regular las emociones a través de este lenguaje. 

Este lenguaje se origina en el leguaje del adulto, por ello es imprescindible seguir una serie de pautas para darle al niño un ejemplo correcto:

  • Verbalizar las emociones como el enfado, la rabia, la tristeza… como mecanismo para poder regularlas y explicarlas. Es recomendable que, en ocasiones, el niño vea a un adulto manejar de manera explícita este tipo de emociones.
  • Es importante hacer explicitas las órdenes para inhibir una conducta. Que sean concisas y directas y siempre acompañadas de una explicación y un por qué. (siempre y cuando no estemos en medio de una rabieta, ya que en ese momento los niños no escuchan).
  • Mantener un lenguaje calmado y sin elevar el volumen, ya que las características del tono, volumen y frecuencia se captan mucho antes que el mensaje.

Paula Ágreda

Logopeda

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