Por qué mi hijo se porta mal solo conmigo, entendemos que es una situación que produce mucha frustración y tristeza. Pero queremos que sepas que en la mayoría de los casos, a tu hijo le pasa algo y la forma de desahogar su malestar es esa, hacia ti. Esta situación, ni es justa ni es buena para vuestra relación porque además se genera en él una dependencia hacia ti, en la sólo sabe gestionar sus emociones o tolerar sus frustraciones o enfados contigo, estando tu presente.
Otras veces, por suerte, en la minoría de los casos, detrás hay niños que quieren salirse con la suya, que no aceptan un NO o que desafían la autoridad y las normas. Estos últimos, en la pre adolescencia y adolescencia, pueden llegar a desarrollar comportamientos agresivos sobre compañeros o realizar conductas antisociales como daños a animales, robos u otras conductas delictivas.
El comportamiento de un niño puede variar según las circunstancias y las personas que lo rodean. Si tu hijo se porta mal solo contigo, puede deberse a varios factores. Puede ser que tu hijo tenga mucho carácter. Es importante recordar que esto no es relativamente común y puede reflejar una relación problemática o que puede acabar en una demencia o maltrato psicológico hacia la madre por norma general, aunque a veces puede ser hacia el padre o un hermano.
Algunas posibles razones de Por qué mi hijo se porta mal solo conmigo, pueden incluir:
- Confianza: Los niños pueden sentirse más seguros expresando sus emociones y comportándose de manera desafiante con los padres, especialmente con quienes están más cerca, como la madre o el padre.
- Como deshago de su malestar: Algo en su vida no va bien, lo que le produce malestar y tiende a desahogarse contigo.
- Límites claros: Asegúrate de establecer límites claros y consistentes en la crianza. Si otros cuidadores no aplican las mismas reglas, puede llevar a un comportamiento diferente.
- Cansancio: Los niños pueden estar cansados o sobrecargados emocionalmente cuando están contigo, lo que puede manifestarse en un comportamiento difícil.
- Enfermedades largas o tediosas: como una diabetes, pueden llevar a tu hijo a estar algo triste lo cual muestra con conductas disruptivas, con un mal humor casi constante y estar muy sensible a cualquier comentario o cosa que ocurra.
- Miedo: otra forma de llevar el miedo en los niños y adolescentes sin mostrar que tiene miedo puede ser con este tipo de conductas de portarse mal.
- Estrés: Y por supuesto, el estrés, da lugar a un mal humor que lleva a contestar mal y a parecer que le caes mal o tiene algo contra ti, es posible que todo lo moleste.
- Comunicación: Asegúrate de mantener una comunicación abierta y afectuosa con tu hijo para entender lo que puede estar causando su comportamiento.
- Atención o búsqueda de tu afecto: A veces, los niños pueden buscar atención adicional o pruebas de amor actuando de manera desafiante. Asegúrate de darles atención positiva y refuerzo cuando se comporten bien.
De todas formas ninguna de las razones anteriores ni ninguna que se nos ocurra puede justificar nunca las faltas de respeto, las agresiones verbales o no verbales.
Si el comportamiento persiste o te preocupa, considera formarte con un psicólogo infantil para recibir pautas de conducta, también puedes hacerlo desde casa, cómodamente con nuestros videos. Y si la conducta persiste en el tiempo, más de 3 meses, a pesar de haber visto nuestros videos, busca la orientación de un profesional de la salud mental, como un psicólogo infantil para comprender mejor y abordar las causas subyacentes del comportamiento de tu hijo.
Algunas pautas que puedes hacer si Por qué mi hijo se porta mal solo conmigo, considera tomar las siguientes medidas:
- Comunicación abierta: Habla con tu hijo sobre su comportamiento, pero nunca en la situación en la que ocurre, es mejor hacerlo al día siguiente, ese día vete de la situación y dile que eso no lo vas a conseguir y que pensarás alguna consecuencia. Al día siguiente, anímale a expresar sus sentimientos y preocupaciones. Escuchar atentamente puede ayudar a identificar posibles causas subyacentes.
- Fórmate en saber educar con un profesional de la psicología experto en conducta. Necesitarás unas buenas herramientas para saber cómo actuar de manera general o en determinadas situaciones. Puedes saber más en Pautas Educar en positivo.
- Establece límites claros: Es importante que establezcas reglas y límites consistentes en casa. Asegúrate de que todos los que le rodean, los adultos, apliquen las mismas reglas para evitar confusiones. Y sé consistente, ningún motivo puede hacer mover los límites, pues de lo contrario, es probable que te cueste volver a ponerlos.
- Reforzamiento positivo: Reconoce, elogia y recompensa el buen comportamiento a diario. El elogio y la recompensa pueden ser efectivos para fomentar un comportamiento adecuado. Este punto te puede costar bastante si estás molesto por algo que te hizo ayer o hace unas horas, pero es muy importante para romper la dinámica negativa en la que habéis entrado.
- Tiempo de calidad: Dedica tiempo de calidad con tu hijo. Haz actividades juntos que disfruten para fortalecer vuestro vínculo. Déjale que al principio será él o ella el o la que las elija. Guarda memorias bonitas de los momentos junto y conseguirás que vuestro vínculo emocional se haga más fuerte.
- Consistencia: Sé consistente en la aplicación de consecuencias por el mal comportamiento. Establece consecuencias adecuadas y aplícalas de manera coherente, aunque al principio no funcionen, el tiempo hará que acaben funcionando. Ten en cuenta que al principio puede que busque la confrontación e intentar imponer sus normas o saltarse los límites. Sé constante en el tiempo y el tiempo te dará la razón.
- Evita el castigo excesivo: Evita el castigo excesivo emocional o físico. En su lugar, enfócate en enseñar a tu hijo las consecuencias de su comportamiento y ayudarle a aprender de sus errores. Los castigos habrás comprobado que no funcionan, pero nosotros Te contamos qué hacer si tu hijo te falta al respeto.
- Busca apoyo: Si el comportamiento de tu hijo persiste o te preocupa, considera buscar el consejo de un psicólogo infantil, que es un profesional de la salud mental y experto en técnicas de modificación de conducta. Pueden ayudarte a entender y abordar las causas subyacentes del comportamiento, así como darte pautas específicas en tu caso particular.
- Autocuidado: Recuerda cuidarte a ti mismo. La crianza o educación de tus hijos puede ser desafiante y muy difícil, y es importante que estés emocionalmente equilibrado para manejar situaciones difíciles y no perder el control. Haz deporte o ten un hobby que te ayude a recuperar fuerzas.
- Paciencia: Cambiar el comportamiento lleva tiempo. Ten paciencia y sigue trabajando en construir una relación sólida y positiva con tu hijo.
- Enfócate en lo positivo: Aunque no lo veas o aunque te cueste, es importante salir de esa dinámica negativa y vas a tener que ser tú el que salga, pues tu hijo o hija, no lo van a hacer, aunque seguramente también lo estén deseando, aunque te cuesta verlo.
Recuerda que cada niño es único, y lo que funcione para uno puede no ser adecuado para otro. Adaptar tus enfoques a las necesidades específicas de tu hijo es fundamental.