Y lo que sabemos, es que tiene que leer, y que cuánto más lea, antes leerá mejor, escribirá mejor, redactará mejor y comprenderá lo que lee mejor. Y por si fuera poco, esto implica desde hacer bien los exámenes porque leerá y entenderá el enunciado, sin saltarse alguna parte, a tardar menos tiempo cada tarde en hacer los deberes.
Lo tenemos claro, debe de leer porque es bueno para él, pero a veces, nos resulta imposible, más aún, en los casos de problemas o dificultades en la lectura.
-Lo primero que os voy a recomendar, es que vosotros leáis libros, de papel y delante de él. Si el niño no os ve leer, no cogerá afición por la lectura, ni lo asociará a una actividad de ocio.
-Haced en casa una pequeña biblioteca, una zona del salón, en la buhardilla, con estanterías, donde se coloquen los libros por temas, y por supuesto, que estén los suyos. Lo ideal es que en esta zona hubiese un pequeño sofá donde poder sentarse a leer, con una lamparita de pie.
-Id de compras, pero a comprar libros, dejad que elija los suyos, aunque no te gusten porque te parezcan que tienen muchos dibujos, o que son infantiles, déjale elegir, y por supuesto, déjale que se equivoque.
-Hablad de libros en la cena, de lo que estáis leyendo, de por qué os gusta el libro, de los personajes.
-Poned un tiempo de ocio, semanal dedicado a la lectura, y leéis todos.
-Que coja el hábito de leer algo en la cama antes de dormir, al principio con vosotros, y más adelante él sólo.
Y como siempre digo, si tiene dificultades cuanto antes se debe hacer una diagnóstico que determine las causas e intervención si es necesario. A más tiempo pase, más aversión cogerá a los libros.
Elisa Vaca
Psicólogo Sanitario