Rabietas interminables qué hacer
Seguro que en algún momento tu hijo o hija a tenido alguna. Las rabietas, como muchos de vosotros sabéis forman parte del desarrollo.
Prácticamente casi todos los niños la muestran. Es una manera de mostrar su malestar. Y son consecuencia de darse cuenta de que su conducta produce un cambio. Además de que se desarrollan en la etapa del egocentrismo.
También es cierto que no todos los niños la muestran. Siempre depende de muchos factores y uno de ellos es el temperamento.
Desde que nacemos somos de un modo. No todos los niños duermen igual ni son igual de nerviosos o tranquilos. Es claro que hay niños más asustadizos y menos o con mayor capacidad de adaptación o menos. Los bebes con temperamento difícil tienen una mayor predisposición a las rabietas.
Cómo son estos bebes:
- En primer lugar les cuesta adaptarse a los cambios.
- Tienen unas reacciones desproporcionadas.
- Se muestran en ocasiones irritables.
- Ante una situación nueva se muestran temerosos o enfadados.
- Son hipersensibles a nivel emocional.
Por lo general bebés con este temperamento tenderán a mostrar más rabietas o la duración e intensidad de las mismas será mayor.
Pero las rabietas, por lo general, al formar parte del desarrollo desaparecen ¿verdad?. La teoría nos dice que a partir de los 4 años ya no se dan de la misma manera y su auge es a los 2 años y medio. Pero ¿es verdad?. Lo cierto es que a veces las rabietas son interminable ¿qué hacer?.
Trucos
- Lo primero de todo es anticiparse a las mismas. Cuando veas que tu hijo está más activo o nerviosos apártale del foco de malestar. Lo mejor es prevenir.
- No intentar hablar con él en la rabieta. Ni darle explicaciones cuando está en la rabieta. No nos escucha. Lo único que conseguimos es que nos conteste y vaya a más.
- Ante cualquier pequeño cambio en la rabieta. Aunque sea fortuito. Reforzarlo. Es decir sacarle y decirle que lo está haciendo muy bien.
- Una vez veamos que está más tranquilo no volver a la actividad anterior. Dejar pasar tiempo, unos 15 minutos aproximadamente.
- Indicarle las consecuencias de su conducta no tiene porqué ser inmediato. A veces intentamos “castigarle” nada más tiene la rabieta o el mal comportamiento. Pero no es necesario. Nuestro enfado nos puede llevar a ser desproporcionados. Y eso hace que no podamos cumplir con las CONSECUENCIAS que tenemos que indicarle.
Belén Pozo
Psicóloga Sanitaria
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