En los últimos años es habitual encontrar que en muchos centros escolares se procede a la mezcla de los niños, especialmente en las etapas de educación infantil y primaria, en el paso de un curso a otro.
Este hecho en muchas ocasiones genera tanto en los más pequeños como en los padres diferentes sentimientos como inquietud, preocupación o desconcierto, principalmente por cómo se podrá afrontar este cambio.
No obstante, AMPAS de diferentes colegios y profesores y orientadores de estas etapas educativas, coinciden en que con una buena y adecuada información, estos cambios son positivos por diferentes razones entre las que destacan:
– Favorece el aprendizaje de la adaptación a los cambios.
– Se incrementa la posibilidad de ampliar el círculo social.
– Posibilita el cambio de roles y la “desetiquetación” de los niños y el no estancamiento en posiciones fijas.
– Favorece la compensación de la clase en función de las necesidades del alumnado.
– La creación de agrupamientos más sanos permite un mejor rendimiento académico de los esolares.
– Ayuda a la prevención del acoso escolar.
Igualmente, profesionales de el ámbito educativo coinciden en señalar que para que este cambio de un curso a otro con la mezcla de niños y niñas se lleve a cabo de forma adecuada y con una repercusión positiva, se han de tener en cuenta una serie de aspectos relevantes como son:
– La adecuada información tanto a las familias como a los niños.
– La preparación de los niños con actividades conjuntas y agrupamientos diferentes.