Según los últimos estudios, los pensamientos suicidas en adolescentes están aumentado de manera considerable. Os explicamos las posibles causas así cómo actuar, signos que nos pueden hacer sospechar y qué debemos hacer.
La adolescencia es una etapa de la vida de cambio, al igual como cuando cumples los cincuenta que estás en la mitad de la vida, y pasan de ser niños y vivir bajo el cobijo de mamá y papá a tener que empezar a enfrentarse a la vida por ellos mismos. Hay etapas como también hacerse mayor y jubilarse donde se requiere una rápida adaptación a la nueva etapa que nos espera.
Por otro lado, empiezan a entender que sus actos pueden llevar a tener consecuencias de por vida. A tener que empezar a ganar dinero para satisfacer sus necesidades económicas que son cada vez mayores. A tener que enfrentarse a un montón de situaciones nuevas como su primera oferta de empleo, ir a la Universidad o a hecharse pareja y gustar a alguien del mismo sexo.
A todos estos cambios, con cada vez más obligaciones y una libertad limitada por las normas de los padres o la propia sociedad o entorno. Se les suma el cambio hormonal, donde los vaivenes emocionales empiezan a surgir su efecto.
Empiezan a tener que afrontar seguramente las primeras pérdidas o duelos de familiares cercanos como abuelos o tíos, incluso algún compañero o amigo. La muerte parece que de repente aparece en la vida para tomar una mayor consciencia de que existe. Así como perder la familia tal y como la conocen ellos, pronto tendrán que abandonar el núcleo familiar, que es prácticamente lo único que conocen como forma de vida.
Las razones son muchas y variadas, por lo que determinar cuáles son los factores que desencadenan esos pensamientos suicidas es de vital importancia para solucionar pensamientos erróneos que les pueden llevar a tenerlos.
Es importante vigilar posibles autolesiones en las muñecas, si el adolescente va siempre con manga larga, puede ser una posible señal, buscaremos el momento de poder observarlo. Ante una sospecha de autolesión, no debemos de perderlo de vista y acudir cuanto antes a un psicólogo que determinará la posible necesidad de acudir a un psiquiatra con el fin de recibir medicación.
Otros posibles signos que nos indican que algo no va bien y que puede haber pensamientos suicidas en adolescentes suelen ser que pase demasiadas horas encerrado en su cuarto, problemas para dormir por la noche o pérdida de apetito.
Pero la terapia psicológica es imprescindible, hay que trabajar sobre cambiar formas de pensar que le llevan a sentirse tan mal, que les lleva a tener pensamientos suicidas. Lo que le pasa puede ser malo o no adaptativo, pero es cómo él se siente lo que le lleva a lesionarse. Son pensamientos de inutilidad, de no sentirse querido, de que nadie lo entiende, lo que le hacen caer en ese estado depresivo.
La pandemia, probablemente ha cambiado nuestra química y nuestras sinápsis, haciéndonos más conscientes de lo vulnerable que podemos ser, así como generar una mayor ansiedad o tristeza.
Esos aprendizajes de sentiré solo, aislado o vulnerable, el miedo a contaminarnos o a perder a nuestros seres queridos, está aún reciente en nuestra química cerebral sin que nos demos cuenta de ello. De este modo, rápidamente se vuelven a activar estos mecanismos que nos hacen sentir así.
Pensamientos suicidas en adolescentes:
-Pierde el apetito, come mucha menos cantidad que antes, no parece tener ganas.
–Duerme peor, en especial, se despierta muy pronto por la mañana.
-Se encierra en su cuarto, pasa horas y horas sin salir.
–LLora por todo, se le nota mucho más sensible de lo habitual.
-Se muestra irascible y no se le puede decir nada. Su estado habitual es el estar enfadado, y el nuestro, el tener cuidado para que no se enfade.
-Parece perdido, pierde mucho el tiempo sin hacer nada, va de aquí para allá.
–Pérdida de ilusión, parece que lo que antes le motivaba ya no lo hace.
Ante estos síntomas, debemos acudir a un psicólogo que hable con él y valore qué puede estar pasando. En el caso de que el adolescente se niegue a ir a un psicólogo o psiquiatra, pueden acudir los padres, para ser asesorados de cómo ayudarle tanto con medicación (psiquiatra) como con pautas de actuación (psicólogo) para que sepamos qué hacer y cómo ayudarle. Además hoy en día, estas opciones suelen estar disponibles por videollamada, lo que facilita que el adolescente acceda a tener una primer entrevista, o para los padres por logística.
Ante los pensamientos suicidas en adolescentes, es importante pedir ayuda lo antes posible, el adolescente en estas edades está afianzando su personalidad y generando mecanismos neuronales que influyen en el estado de ánimo. Es importante que estás rutas no se consoliden, creando así estados permanentes de interpretar el mundo y ver las cosas de manera negativa.