¿Niños con TDAH son inteligentes? La verdad que todo padre debería saber
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Niños con TDAH son inteligentes: desmontando mitos
Uno de los mitos más comunes sobre el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) es que los niños que lo padecen tienen un bajo coeficiente intelectual. Nada más lejos de la realidad. De hecho, si un niño no presenta inteligencia dentro de la media o superior, probablemente no se trate de un TDAH. Podríamos estar ante otras condiciones como trastornos del lenguaje, retrasos cognitivos o problemas neurológicos más amplios.
¿Qué es el TDAH?
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por dificultades para mantener la atención, impulsividad y, en muchos casos, hiperactividad. Suele detectarse en la infancia y puede afectar el rendimiento escolar, las relaciones sociales y la autoestima del niño. Pero es importante entender que estos síntomas no están relacionados con la inteligencia, sino con la autorregulación del cerebro.
Inteligencia y TDAH: lo que dice la evidencia
Numerosos estudios científicos confirman que la inteligencia general (CI) de los niños con TDAH suele estar dentro del rango normal. De hecho, en muchos casos, estos niños presentan un perfil intelectual superior al promedio, aunque su capacidad para demostrarlo se ve afectada por la dificultad para concentrarse, organizarse o seguir instrucciones. Esto significa que un niño con TDAH puede ser brillante, pero su talento pasa desapercibido por las dificultades atencionales.
En consulta, a psicólogo infantil se encuentran frecuentemente con perfiles de niños que no rinden en clase, pero sorprenden por su capacidad para razonar, su vocabulario avanzado o su creatividad desbordante. Son los llamados “sabios en las nubes”: niños que piensan a gran velocidad, que hacen preguntas complejas, que imaginan soluciones originales… pero que no recuerdan traer la mochila.
“No es TDAH”: cuando la inteligencia está por debajo de lo esperado
Es fundamental dejar claro que si un niño no presenta una inteligencia dentro del rango normal, entonces no estamos hablando de un TDAH puro, sino de un caso que requiere una evaluación más profunda. Por ejemplo:
- Trastornos del lenguaje: Dificultan la comprensión de órdenes o la expresión de ideas. El niño parece distraído, pero lo que ocurre es que no entiende o no puede comunicarse bien.
- Retraso cognitivo: En este caso, hay una afectación global del desarrollo intelectual. La atención es limitada, pero por causas distintas al TDAH.
- Autismo o trastornos del espectro autista leves: Algunos niños presentan síntomas de inatención, pero en realidad tienen dificultades para interpretar el entorno social.
En todos estos casos, es vital acudir a psicólogo infantil con experiencia en diagnóstico para evitar confusiones y errores que pueden marcar la vida del niño.
El “genio distraído”: creatividad y talento en niños con TDAH
El perfil clásico del niño con TDAH con alta inteligencia es el del “genio distraído”. Este niño:
- Tiene ideas brillantes, pero salta de una a otra sin terminarlas.
- Aprende rápido lo que le interesa, pero se aburre con facilidad.
- Puede resolver problemas complejos, pero olvida las tareas más simples.
- Es muy intuitivo, pero impaciente con los procesos lentos.
- Tiene un mundo interno muy rico, pero le cuesta adaptarse a la estructura escolar.
Este tipo de perfil es muy común y, si se le acompaña adecuadamente, puede convertirse en un adulto creativo, innovador y exitoso. Sin embargo, sin intervención, el riesgo de fracaso escolar, baja autoestima y problemas de conducta aumenta.
¿Qué hacer si sospechas que tu hijo tiene TDAH y es muy inteligente?
Lo primero es no asumir que la distracción es por flojera o rebeldía. Muchos padres se frustran porque su hijo “es muy listo, pero no quiere hacer nada”. En realidad, lo que ocurre es que su cerebro funciona de forma diferente, con un sistema de atención más sensible y menos regulado.
Estos son algunos pasos clave:
1. Evaluación profesional
Antes de etiquetar o medicar, es imprescindible acudir a psicólogo infantil especializado en neurodesarrollo. La evaluación debe incluir pruebas de:
- Cociente intelectual
- Función ejecutiva
- Lenguaje
- Memoria
- Atención sostenida
Esto permitirá descartar otros diagnósticos y confirmar si se trata de un TDAH con alta capacidad intelectual.
2. Intervención específica
Una vez confirmado el diagnóstico, se debe crear un plan de intervención personalizado, que incluya:
- Técnicas de autorregulación emocional
- Estrategias de estudio adaptadas
- Refuerzos positivos
- Terapias complementarias como el neurofeedback
Es vital trabajar tanto con el niño como con los padres y el colegio, para que todos estén alineados.
3. Fomentar su creatividad
No intentes encajar a un niño con TDAH brillante en un molde rígido. Estos niños necesitan espacios para explorar, imaginar y crear. Actividades como el arte, la robótica, la música, la programación o el ajedrez les ayudan a canalizar su energía y expresar su talento.
¿Por qué es importante entender la relación entre TDAH e inteligencia?
Porque cuando se confunde el TDAH con bajo rendimiento o poca inteligencia, se daña la autoestima del niño. Este empieza a creerse “tonto”, “vago”, “incapaz”, y esa imagen se queda grabada durante años.
Sin embargo, cuando se comprende que su inteligencia está intacta (e incluso puede ser superior), se abren nuevas puertas. El niño empieza a entender que no es su capacidad lo que falla, sino su forma de procesar el mundo. Y eso, con apoyo y estrategia, se puede trabajar.
El papel de los padres: claves para apoyar a un niño con TDAH e inteligencia alta
Aquí tienes algunas claves prácticas:
Cree en su potencial
Dile frases como:
“Sé que tienes un gran cerebro, solo necesitas aprender a usarlo bien”.
Refuerza sus logros, por pequeños que parezcan.
Ayuda a organizar su tiempo
Usa calendarios visuales, alarmas, rutinas. La estructura externa les permite compensar la falta de estructura interna.
Déjale espacios de libertad
No todo debe ser académico. Dale tiempo para sus pasiones: dibujar, construir, leer, imaginar, investigar.
Escúchalo sin juzgar
Muchos de estos niños tienen ideas “raras” o fuera de lo común. Escúchalas con curiosidad, no con corrección inmediata.
Conclusión: los niños con TDAH sí son inteligentes (y mucho más)
El TDAH no tiene que ver con la inteligencia, sino con la manera en que el cerebro regula la atención y el control de impulsos. Un niño con baja inteligencia no puede ser diagnosticado correctamente con TDAH, ya que habría otros factores que explicarían sus dificultades.
Muchos niños con TDAH son lo que algunos expertos llaman “diamantes en bruto”: brillantes, creativos, con un potencial inmenso, pero que necesitan ser comprendidos y guiados de forma adecuada.
Si estás criando a uno de estos niños, recuerda: no estás solo. Existen profesionales, recursos y herramientas que pueden ayudarte a ti y a tu hijo a transformar la lucha diaria en un camino de desarrollo positivo.
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