Importancia de la psicoeducación nutricional en pre-adolescentes

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Importancia de la psicoeducación nutricional en pre-adolescentes

Hoy en día la salud del bienestar físico y psicológico son dos de los elementos más importante en la sociedad.

Los más pequeños son cada día más conscientes y conocedores de la importancia de la salud y de una buena alimentación equilibrada rica en frutas, verduras, cereales, pescados y carnes, junto con una vida activa, donde se fomenta el deporte y se evita el uso excesivo de los medios de transporte, debido a que incrementa una vida sedentaria y una pobre actividad física.

 

Las nuevas generaciones han crecido con una nueva filosofía de vida, en el que la sociedad ha ido marcando lo que es bueno y malo, bonito y feo, aceptado y no aceptado; creando pequeñas “restricciones y prohibiciones sociales” con la alimentación y con ciertos cánones de belleza muy marcados tanto en el hombre como en la mujer, que hacen que los adolescentes se comparen y sientan insatisfacción con su self físico derivando en un deterioro de su identidad y de su autoestima.

 

Es importante hablar con los pre-adolescentes y adolescentes sobre este tema, desde una perspectiva psicoeducativa donde se les enseñe a tener un estilo de vida saludable, a comer variado y que conozcan todos los beneficios de los alimentos, así como de los perjuicios de la toma diaria de alimentos que no son tan saludables, como es la bollería industrial, que a los más pequeños les encanta y les cuesta resistirse. En este caso es importante plantearles alternativas de alimentos más sanos, ricos y con un mejor valor nutricional para el organismo.

 

Esta educación nutricional y de buenos hábitos, es recomendable e importante  instaurarlo desde casa, siento éste el entorno principal del niño donde aprende y repite patrones de conducta, viendo a sus referentes adultos tener una correcta relación sana con la comida, con un consumo de alimentos variados y equilibrados.

Algo muy importante a destacar, es que vean que se come de todo, es decir, comer alimentos que aunque no sean los favoritos o no guste su textura, sabor u olor, se consume al igual que otros alimentos preferidos y que suelen apetecer comer a todas horas. En muchos casos, algunos padres para evitar conflictos o rabietas con los más pequeños, acaban tachando de la lista aquellos alimentos que no le gusta al niño, dejando su consumo en la infancia e incluso manteniéndolo hasta la adultez, por el recuerdo negativo y desagradable del alimento.

 

Lo más importante para promover todo esto, es que aprendan desde la perspectiva de la salud, disfruten de la comida, coman alimentos que les hagan sentir bien y que se eviten enmarcar “alimentos prohibidos” y reglas inflexibles, pudiendo ser para ellos un tema complicado de canalizar emocionalmente y de controlar, ya que en muchos casos pueden llegar a provocar todo lo contrario, el deseo del consumo de esos alimentos. Estos aspectos pueden llegar a propiciarles a los atracones y predisponerles a ser población de riesgo dentro de los trastornos de la conducta alimentaria o de padecer alteraciones o enfermedades cardiovasculares, entre otras.

Rocio Delgado

Psicóloga Sanitaria

 

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