Mi hijo no quiere estudiar

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Mi hijo no quiere estudiar

Mi hijo no quiere estudiar, empezaría diciendo que no nos gusta lo que no se nos da bien. Y en la falta de motivación hacia el estudio hay mucho de esto.

Es cierto que a nadie o a casi nadie, le apetece estudiar y que requiere un esfuerzo y que los niños por regla general, prefieren hacer otra cosa a tener que estudiar. Estudiar puede convertirse en algo que nos invite a abandonarlo, pues no se ve el para qué nos sirve. Las recompensas a estudiar, suelen ser a medio o largo plazo y a veces, indirectamente.

Pero aquellos niños que encuentran la motivación intrínseca al estudio porque se les da bien y ven los resultados, estudian. Son niños responsables con los estudios y no les cuesta ponerse o sentarse a estudiar.

El truco para que un niño tenga motivación en el estudio es que se le dé bien y que sienta que avanza, que aprende y que despierta su curiosidad por saber más.

Para ello, se tienen que maximizar las ventajas y lo positivo, así como minimizar los inconvenientes o desventajas.

Os cuento cómo llegar a funcionar de ese modo para que funcione su propia motivación intrínseca y que por fin se quiera poner a estudiar y encuentre la motivación suficiente.

Mi hijo no quiere estudiar pero con estos consejos lo conseguiremos

  • Lo primero es descartar que tenga un problema. Aquellos niños a los que por cualquier razón les cuesta más estudiar, es más probable que no quieran sentarse a estudiar. En estos casos la relación esfuerzo y recompensa esta en estos casos muy desproporcionada. La ayuda de los padres minimiza esta diferencia, pero no deben de ser los padres las que la minimicen, pues así nunca encontrará la motivación.
  • No estudiar con él. Los padres por ayudar o por necesidad, estudian con sus hijos, y hace que en la dinámica de la situación los padres acaben cogiendo la responsabilidad de los estudios de sus hijos. Y los hijos, en contraprestación, se vuelven cómodos, delegando sus responsabilidades a los padres. Y algo de lo que no eres responsable ni en lo que sientes tener el control de la situación, pues no es motivante.
  • Darles unas buenas herramientas. Invertir tiempo con él para ayudarle, pero en darles unas herramientas que le permitan continuar sólo sin vuestra ayuda, a ser independiente en los estudios.
  • Perder el miedo a los exámenes. Los exámenes parecen ser un castigo, algo no deseable, que no apetece y que preferirían que no existiesen. Pero existen, por lo que estaría bien reinterpretar lo que son los exámenes. Los cuales, podrían empezar a ser vistos, como una oportunidad para expresar todo lo que sabes, de demostrarlo y de sacar una buena nota de la que después te sientas orgulloso.
  • Realizar una evaluación cognitiva y emocional para ver que la máquina del estudio está apunto. Igual que pasamos controles físicos antes de hacer un maratón o meternos en deportes de alta intensidad. O como en los coches, donde pasamos revisiones cada cierto tiempo para ver que la máquina funciona y está bien, en lugar de sólo suponerlo. También deberíamos pasar controles, al menos una vez en la vida, durante la infancia para saber que la máquina del estudio, el cerebro está apunto y listo para lo que se le va a pedir, que es estudiar, permanecer concentrado cierto tiempo o realizar problemas de matemáticas complejos. Estas actividades requieren de una adecuados razonamientos, una buena atención, memoria de trabajo o a largo plazo entre otros. Son más de 15 las funciones cognitivas que se requieren para realizar unas tareas u otras de manera adecuada, tanto la lectura como el cálculo matemático.

Y debemos asegurarnos de que todo funciona de como debería, de lo contrario, la desmotivación o la necesidad de los padres de sentarse con sus hijos a estudiar aparecerán.

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Cómo hacer para no tener que estudiar con tu hijo