Dificultades en la automatización de la lectura
A la hora de evaluar el proceso lector, hay que tener en cuenta valorar la decodificación y la comprensión lectora. Para la evaluación de las dificultades de la lectura. Por norma, una decodificación que es deficiente va a afectar a la comprensión. Teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos, las habilidades lectoras son paralelas a las del lenguaje oral.
Una vez se han detectado dificultades de lectura, se determinarán los aspectos en el proceso lector que se encuentran alterados. Para ello, se pueden aplicar pruebas del tipo:
- Lectura de sílabas simples (sol) y complejas (perpendicular).
- Lectura de palabras regulares, irregulares y no palabras.
- Lectura de oraciones y frases.
- Lectura y comprensión también de un texto de aventuras leído en alto y en silencio.
- Reconocimiento de letras presentadas de manera individual en estilos caligráficos distintos.
- Reconocimiento de letras mayúsculas y también escritas en minúscula.
Las lecturas en aquellas personas que presentan dificultades de lectura en la automatización de la lectura, se caracterizan por:
- La presencia de repeticiones. Un ejemplo sería el de leer “pen – pendiente” en lugar de “pendiente”.
- Además de la presencia de vacilaciones. Por ejemplo, se leería “ca-mi-sa” en lugar de leer de golpe la palabra “camisa”.
- Los acentos o las pausas, no se respetarían.
- Y, la falta de expresividad o de entonación. Es decir, no se encontraría en la lectura modulación del tono. Tampoco modulación de la intensidad de la voz. Es decir, en lugar de leer: “¡Gracias por tú regalo, me ha encantado!”, leería: ”gracias por tú regalo, me ha encantado”.
Todos los anteriores son ejemplos de cómo se expresan las dificultades de lectura.
Miriam Benavides
Psicóloga Sanitaria
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