Adicción al trabajo. Parte 1
Llegan unas fechas en las que en mayor o menor medida la mayoría de las personas se toman un tiempo de descanso.
Un periodo vacacional para desconectar, disfrutar de actividades de ocio y hobbies, viajar, aprovechar tiempo de calidad con familiares y amigos…
No obstante, existen personas a las que encontrar estos días para descansar y “recargar pilas”, les resulta complicado simplemente por el hecho de que no son capaces de desprenderse de las obligaciones laborales.
Así, en España se estima que padece adicción al trabajo el 10% de la población; otros indican que la adicción al trabajo se produce en el 11,3 % de los trabajadores (Sánchez Pardo, Navarro Botella y Valderrama Zurián, 2004).
Este término de adicción al trabajo se puede definir como (Flowers y Robinson, 2002):
- Tendencias compulsivas relacionadas con el trabajo y con dificultades para relajarse después de trabajar.
- Necesidad de tener el control.
El trabajador se siente incómodo cuando tiene que esperar o cuando las cosas no se hacen a su modo y/o escapan a su control. Son sentimientos característicos de esta adicción.
- Comunicación interpersonal deficiente.
Es más importante lo que hace el propio trabajador que las relaciones con los demás.
- Incapacidad para delegar tareas entre los subordinados y para trabajar en equipo.
- Autovaloración centrada en el trabajo.
Se otorga mayor valor a los resultados del trabajo realizado, que al proceso mediante el cual se han conseguido esos resultados.
De este modo, la persona adicta al trabajo dedica más tiempo a esto de lo que realmente es exigido por las propias circunstancias e igualmente convierte esta área en el núcleo central de su vida, hasta el punto de desdeñar otras actividades o no ser capaces de tener otros intereses fuera de este ámbito.
Aida Mañero Ocarranza
Psicóloga Sanitaria
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