Electroencefalograma exploración en población pediátrica

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El electroencefalograma como exploración complementaria en población pediátrica

En ocasiones, es conveniente la realización de exploraciones específicas para obtener más información. Y facilitar el proceso diagnóstico clínico. Exploraciones complementarias. Que van a ayudar a conocer cuál es la causa de una enfermedad de carácter neurológico. Uno de los procedimientos más usados es el electroencefalograma (EEG). Una técnica no invasiva utilizada en Neurología.

Por lo tanto, os electroencefalogramas son procedimientos electrofisiológicos. A través de los cuales se puede registrar la actividad eléctrica cerebral. Para su registro, debe colocarse en el cuero cabelludo una serie de electrodos. Teniendo en cuenta el Sistema Internacional 10-20. Un sistema de colocación de electrodos convencional y muy utilizado.

Así, cada uno de los electrodos, registrará la señal que proceda de la región cerebral específica donde se hayan colocado. Como la señal que se recibe es débil, se necesita de un amplificador de señales y de un ordenador.

Cabe destacar, que el cuero cabelludo ha de estar limpio y seco. El niño ha de sentirse cómodo. Puede estar tumbado en una camilla o sentado en una silla durante el registro de la actividad. La sala donde se realice, ha de estar tranquila y con pocos estímulos.

En relación a los campos donde se utiliza el electroencefalograma, cabría destacar su uso en actividades de investigación. Pero también, para la orientación en el diagnóstico. Y tratamiento de determinadas patologías neurológicas.

Se suele utilizar para el estudio de traumatismos craneoencefálicos. O de los trastornos deficitarios de la conciencia, como el coma.

También es útil para el estudio de tumores neuropediátricos y daños cerebro vasculares. Así como trastornos epilépticos o convulsiones febriles.

Del mismo modo, su uso también está establecido en caso de problemas de sueño o durante una cirugía cerebral.

En consecuencia, la interpretación de un EEG, requiere de destreza y conocimiento puesto que no es una tarea sencilla. Hay que tener un buen conocimiento de las diferentes estructuras cerebrales encargadas de las distintas funciones cognitivas.

Pero además, hay que tener en cuenta que existe variabilidad de estos registros en población pediátrica. Y también, la madurez cerebral de cada pequeño.

Por último, que ciertas alteraciones en el EEG, no tienen porque implicar patología. De la misma manera que existiendo actividad epiléptica, no se registran alteraciones y el EEG da normal.

Miriam Benavides

Psicóloga Sanitaria