El concepto de derechos humanos es universal, esto quiere decir, que a todos los seres humanos, se nos ha de proporcionar el reconocimiento y la garantía de derechos, deberes y libertades que son fundamentales para poder vivir tranquilos. Como individuos, integrantes de una sociedad, de una familia, de un grupo de amigos,…, ocurre que no siempre estos derechos y libertades son respetados. Es lo que pasa en algunas relaciones de pareja, que las necesidades básicas se ven violadas y esto genera problemas en la misma, problemas que van desde los conflictos, las discusiones, los reproches, la restricción de libertad,…
A continuación, se exponen algunos de los derechos personales más importantes que han de darse en una relación de pareja:
- Tengo derecho a ser yo mismo/a. Tengo derecho a ser quien soy y a expresar lo que siento, lo que pienso. No se me ha de tratar injustamente por expresar una opinión, por expresar una idea, por mi manera de peinarme, o de vestir,…
- Tengo derecho a decir no y no sentirme culpable por ello. La asertividad, es una cualidad muy necesaria para un desarrollo adecuado de la personalidad de cada uno de nosotros. El derecho a decir “NO”, explica esta idea. El respeto hacia nosotros ha de prevalecer al deseo de poder agradar al otro, al miedo de defraudar o al sentimiento de culpa.
- Tengo derecho a tener mi propia intimidad y vida privada. Tengo derecho a que no se me controlen los mensajes, los Whatsapp, los correos electrónicos, mi correspondencia o llamadas telefónicas. Tengo derecho a que sean respetadas mis pertenencias.
- Tengo derecho a mantener relaciones sexuales si son de mutuo acuerdo. Tengo derecho a rechazar mantener relaciones sexuales con mi pareja y poder expresarlo con libertad sin que esto genere un conflicto en mi relación.
- Tengo derecho a tomar mis propias decisiones. Tengo derecho a valorar mis acciones y determinar si son o no acertadas. Puedo equivocarme y poder rectificar. El tomar mis propias decisiones implica libertad y seguridad en mi mismo/a.
- Tengo derecho a que se me trate con respeto y dignamente. No hay que aceptar que se nos trate de un modo irrespetuoso. Tengo derecho a que no se me intimide, a que no se me ofenda. Tengo derecho a que sean respetados mis valores.
- Tengo derecho a resolver los desacuerdos que puedan darse en mi relación sin que eso implique un conflicto y pueda derivar en faltas de respeto. Para evitar conflictos, muchas veces preferimos mantenernos en silencio y dejamos de expresar nuestras necesidades, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos. Esto no va a facilitar un buen diálogo en la pareja y no va a favorecer por lo tanto, una actuación como equipo, un crecimiento como pareja y una resolución de discusiones de merara satisfactoria.
- Tengo derecho a poder tener mis propios amigos y amigas. He de ser yo el que elija a mis amigos y amigas y no, mi pareja. Mi pareja no ha de obligarme a dejar de lado las amistades que ya estaban presentes antes de conocerle. Tengo derecho a disfrutar de mis relaciones sociales.
- Tengo derecho a visitar a mi familia. Es posible que las relaciones establecidas entre mi pareja y mi familia no sean buenas, pero eso no significa que yo no pueda pasar tiempo con ellos. El respeto hacia mi pareja, mi familia y hacia la situación que se vive es importante. Mi pareja tiene derecho a no pasar tiempo con mi familia, pero no me ha de prohibir que yo lo haga.
- Tengo derecho a finalizar la relación con mi pareja cuando así lo desee. No he de permanecer al lado de una persona que me hace daño. No he de continuar con una relación malsana, no he de proseguir con una relación que me perjudica.
- Tengo derecho a conseguir mis metas, mis objetivos, mis sueños. Las necesidades de cada miembro de la pareja, no siempre son compartidos y la relevancia que cada uno da a las mismas es diferente, pero esto no quiere decir que no se tengan que respetar.
- Tengo derecho a dar mi opinión y a expresar mis sentimientos de manera clara y honesta.
- Tengo derecho a participar de las decisiones que se puedan dar en mi relación: viajes, salidas de fin de semana, participación educativa, hijos, matrimonio, relaciones familiares,…
- Tengo derecho a realizar actividades de ocio con personas diferentes a mi pareja o llevarlas a cabo solo o sola, en función de mis gustos e intereses: la práctica de un deporte, de una actividad cultural o artística, el ir de compras, el poder formarme,… Es decir, tengo derecho a tener mi propio espacio.
Cuando cada uno de estos puntos planteados se realiza de una manera asertiva, lo que estamos haciendo es asegurar el respeto hacia nuestra pareja y hacia nosotros mismos. No es cuestión de ver quién es más fuerte en la relación, quién es capaz de ganar, lo que interesa es ver si podemos llegar de manera sensata a un acuerdo que sea favorable para los dos. Debemos de aprender a defender nuestras necesidades frente a las de nuestra pareja sin que eso nos lleve a comportamientos poco respetuosos.
Miriam Benavides
Psicóloga