Inteligencia emocional en la infancia
El término “Inteligencia Emocional” se usa hoy en día con relativa frecuencia.
En general la mayoría de la gente a la que se preguntase sabría definirlo con más o menos exactitud.
No obstante, a pesar de este creciente uso del término, no son tantos los individuos que desarrollan esta habilidad para reconocer y manejar sus emociones de forma acertada y adaptativa, y cuanto menos en la infancia.
Es habitual encontrar niños y niñas que confunden la tristeza con el enfado o los nervios con el miedo por ejemplo, o que no saben cómo digerir esas emociones sin que les genere un gran coste o impacto.
Con este desbordamiento emocional que en muchas ocasiones experimentan los más pequeños, el propio entorno, los padres, familiares u otros niños sufren el impacto de esta alteración igualmente.
De este modo, para ayudar a niños y niñas a desarrollar esta Inteligencia Emocional será necesario:
- Aprender a reconocer e identificar cada una de las emociones, positivas y negativas.
- Aprender a identificar las sensaciones físicas que genera cada una de las diferentes emociones.
- Recordar ejemplos propios y personales de situaciones en las que se experimentó cada una de las emociones.
- Establecer y aprender nuevas formas positivas y adaptativas de actuación alternativas ante la aparición de ciertas emociones, especialmente de las negativas mediante:
- Observación.
- Role playing.
- Ensayos.
- Valorar las consecuencias positivas de la nueva actuación y manejo emocional a nivel:
- Personal.
- Familiar.
- Social.
Aida Mañero Ocarranza