Mi hijo se queda sin voz a menudo. ¿Qué hacer?
La disfonía es un trastorno que afecta a la fonación. Está producido por enfermedades a nivel laríngeo (concretamente, cuerdas vocales) o por el abuso o mal uso de nuestra voz.
Cuando este trastorno, se presenta en su manera más incapacitante, estaríamos hablando de la afonía, cuando no podemos producir voz.
La voz, se lleva a cabo gracias a la coordinación e implicación de varios órganos. Los pulmones, aportan aire en el momento de espiración, es transportado hasta la laringe, donde pasará por la glotis, hace vibrar las cuerdas vocales y más tarde se modulará en los órganos articulatorios cavidad nasal, oral y faringe.
Las causas de disfonía en niños:
Las causas por las cuales los niños presentan disfonía suelen ser menos malignas que las disfonías en adultos. Esto quiere decir que la mayoría de las disfonías tienen su origen en infecciones respiratorias como las laringitis agudas. Producen la inflamación de las vías respiratorias incluida la glotis. En este caso una vez se haya eliminado el virus también desaparecerá la disfonía.
Se dice que son menos malignas porque no está implicado un hábito vocal maligno o un abuso vocal, es decir de la voz. Ejemplos de abuso vocal o sobre esfuerzo sería gritar de manera intensa, hablar en susurros de manera prolongada o incluso el llanto. En este caso, el tratamiento consiste en eliminar esos patrones de abuso e instaurar unas pautas de higiene vocal, ya que está inflamando la laringe y puede llegar a cronificarse, dando lugar a nódulos o alguna otra patología vocal.
La terapia consistente en higiene vocal educa al niño a saber utilizar su voz y su respiración de manera adecuada.
Si la disfonía dura más de dos semanas o presenta problemas a la hora de tragar o respirar, son signos de alarma que nos indican que la disfonía puede tener su origen en un mal hábito. Es por ello importante acudir a un especialista para determinar el origen y el pronóstico de la disfonía.
Paula Ágreda
Logopeda