TDAH en niños pequeños y en edad escolar
Los padres cuando acuden a consulta suelen comentar que sus hijos parecen niños muy movidos, excesivamente activos y poco tranquilos. También cuentan, que les supone adapatarse a los cambios, se enfadan con facilidad y que después les cuesta mucho calmarse. Otros síntomas de los que hablan en consulta, son la presencia de rabietas, gritos y cambios de humor bruscos. Además, de un sueño alterado.
No solo en casa, sino también en la guardería, los profesores detallan sintomatología que puede indicar un posible caso TDAH. “Parece como si tuviera un motor que le impulsa”, “no es capaz de ver el peligro”, “se muestra desatento”. Además describen que, “le cuesta adaptarse al grupo y seguir las reglas y normas establecidas”, “requiere de continua supervisión”. También cuentan que, “no para de moverse”, “es demasiado activo para su edad” incluso, “su actividad es muy desorganizada”.
Entre los tres y los cuatro años, suelen aparecer algunos síntomas característicos del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Pero, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, no se podrá establecer un diagnóstico hasta más tarde. Para su establecimiento, será importante recabar información mediante entrevistas, cuestionarios y observación. Además, habrá que realizar controles médicos, exploraciones físicas y una evaluación neuropsicológica completa. En ésta, se deberá incluir aspectos cognitivos, emocionales, conductuales y referentes al rendimiento académico.
En Educación Primaria, los síntomas son más evidentes. Pueden aparecer dificultades en la relación con sus iguales y en el rendimiento escolar. Pero hay que tener en cuenta que no siempre, todos los síntomas del TDAH van a estar presentes. Algunos niños pueden presentar un predominio de sintomatología inatenta, otros, un predominio de hiperactividad-impulsividad y otros, una combinación de ambas. Por ello, en función de la sintomatología, la presencia de problemas serán unos u otros:
- Dificultad para concentrarse y para mantener la atención.
- Levartarse de la silla sin pedir permiso.
- Molestar a otros compañeros.
- Interrumpción en clase.
- No respeto de turnos de palabra. Antes de que se haya terminado de formular una pregunta, ya ha dado una respuesta. Con lo que se muestra impulsivo.
- Tampoco, hay respeto de los turnos durante el juego.
- En ocasiones, puede entrometerse en las convesaciones de otros niños o de adultos.
- Puede parecer que no escucha cuando se le está hablando.
- La agenda escolar, libros o cuadernos se olvidan en casa o en clase. Incluso, puede llegar a perder estos materiales.
- Las tareas que han de hacerse en casa no aparecen escritas en la agenda escolar.
- Tampoco los deberes se llevan hechos al colegio, o cuando se hacen, se presentan incompletos o con errores.
- No terminan a tiempo la tarea en clase.
- En ocasiones, las conductas son inapropiadas, mostrando conductas disruptivas y no respetando las normas establecidas.
- A veces, mueve de manera constante sus pies o sus manos.
- También, se puede mostrar dificultad para seguir las instrucciones dadas, además de la dificultad para establecer prioridades,…
Miriam Benavides
Psicóloga Sanitaria.