Psicología: Manejar dolor crónico 2

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Recomendaciones para manejar el dolor crónico.

Segunda parte.

Seguimos facilitando estrategias para poder manejar el dolor de larga duración y mejorar la calidad de vida de todas aquellas personas que sufrís diariamente por ello.

  • Organizar el tiempo, priorizar y delegar responsabilidades.

“Si es que no me cunde”, “no puedo seguir este ritmo”, “me falta tiempo para todo lo que he de hacer”, “no he podido terminar con esto”,…

¿Todas las actividades que has de hacer son importantes? ¿Qué es lo realmente relevante? ¿Eres muy exigente contigo mismo? ¿Y qué pasa si no cumples? ¿Qué pensarán de ti si ven que no eres capaz y que no puedes seguir el ritmo al que estabas habituado? ¿Ha de estar tu casa perfecta y reluciente para recibir a tus invitados el día de tu cumpleaños? ¿Y si dices que no? ¿Y si lo pospones?

Si somos capaces de organizar mejor nuestro tiempo, de diferenciar que es lo importante de lo que no, de permitirnos marcar nuestro propio ritmo y de delegar tareas, ¿qué pasaría?

 Algunos consejos que se pueden tener en cuenta en relación a estas cuestiones se enumeran a continuación:

  • Hacer la compra por internet te ahorrará tiempo y malestar.
  • Invitar a tus familiares a tomar un café y unas pastas en lugar de comer o cenar permitirá que pases un rato agradable con los tuyos sin emplear excesivo tiempo.
  • Tú pareja puede encargarse de ir a gestionar las cuestiones bancarias.
  • Hoy la comida la puede preparar tu hijo.
  • Hacer una lista con lo que se desea hacer hoy, teniendo en cuenta que los objetivos que uno se marque han de ser pequeños y fácilmente alcanzables y en caso de incumplimiento, no hay que sentirse mal por ello. Muéstrate flexible y comprensivo contigo mismo.
  • Entre tarea y tarea puedes tomarte un respiro.
  • No hay que esperar a descansar cuando el dolor haya irrumpido y se haya vuelto intolerable. Hay que parar antes para evitar que vaya a más.
  • No hay que aprovechar aquellos días en los que el dolor es manejable para hacer una lista interminable de tareas.

Recuerda que el ritmo es diferente y ahora se va a emplear más tiempo en las actividades diarias. Recuerda que delegar no es abusar ni defraudar a los demás y que no somos personas imprescindibles. Recuerda que un mínimo de actividad diaria es aconsejable porque entre otros beneficios, mejora la circulación y fortalece nuestros músculos. Recuerda que el adquirir nuevas rutinas lleva su tiempo, pero que no es algo imposible. Recuerda que programar el día, ayudará en tu rendimiento. Y recuerda, que en el plan de actividades diarias se ha de incorporar los ejercicios de relajación y las actividades de ocio con familiares y amigos.

 

  • Las actividades placenteras.

Como se ha comentado, a la hora de planificar y organizar el día, hay que darle valor a todas aquellas actividades que resultan gratificantes. No hay que olvidarse de hacerlas un hueco en la rutina diaria y para sacar tiempo para ellas, igualmente, hay que programarlas. Si se plantea diariamente una pequeña actividad agradable, va a ser más fácil comenzar el día.

Son actividades que siempre han estado presentes, porque os agradan, porque os entretienen, porque os gustan, y por ello, hay que mantenerlas. El dejarlas de lado no favorecerá un buen estado de ánimo. Recordad que cuando nos sentimos más tristes, el dolor es más complicado de manejar.

Ahí van algunas sugerencias al respecto:

  • Si no puedes estar más de 40 minutos pintando, haz una pausa y si te encuentras mejor, retoma.
  • Empieza una novela.
  • Escucha tus canciones favoritas.
  • Haz una colección.
  • Desarrolla alguna manualidad.
  • Disfruta haciendo ganchillo, punto o costura.
  • Toma el sol en un parque.
  • Da un paseo.
  • Camina por la playa.
  • Ponte con los pasatiempos.
  • Queda a merendar con un amigo en la cafetería de al lado de casa.
  • Come un día fuera de casa.
  • Date un baño relajante.
  • Practica un mínimo ejercicio físico.
  • Ve un par de capítulos de tu serie favorita.
  • Apúntate a un taller,…

La idea es poder mejorar la vida diaria, la condición física, y el estado de ánimo, recuperando las  actividades de ocio.

 

  • La alimentación.

La calidad de vida depende como ya se ha señalado, entre otras cosas, de nuestro estado de ánimo, de cómo interpretamos los acontecimientos, del tipo de pensamientos que tengamos. Una adecuada alimentación influye de manera positiva en nuestro estado de ánimo y previene y mitiga algunos dolores. Por eso se aconseja el consumo de alimentos tales como jengibre, canela, arándano, granada, cereza, piña, nuez, cebolla, cúrcuma, linaza, col rizada, arroz integral, requesón, aceite de oliva, salmón, espinacas, lácteos,…

Por sus efectos antiinflamatorios, por sus cualidades analgésicas, por fortalecer los huesos, por su contenido en omega 3, en vitamina C o D, por ser antioxidantes, por ser alimentos frescos, por todo ello, conviene incorporarlos a la dieta diaria.

Un alimento sin más, no va a eliminar el dolor crónico, pero una alimentación adecuada y saludable, va a ser una estrategia más a tener en cuenta para su manejo.

Buena actitud, pensamiento positivo, constancia, buena alimentación, aumento de actividades placenteras, relajación, programación del tiempo, instauración de metas realistas, son algunas de las herramientas para reducir el dolor, el malestar y el impacto que ocasiona en la vida de cada una de las personas que sufren dolor crónico.

Miriam Benavides

Psicóloga Sanitaria