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Síndrome Tourette mejor tratamiento España

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Síndrome de Tourette en niños y adolescentes: afectación en el cerebro y el neurodesarrollo y abajo de esta entrada os cuento Cómo el Neurofeedback ayuda en el tratamiento

El síndrome de Tourette (ST) es un trastorno neurológico caracterizado por tics motores y vocales que aparecen en la infancia o adolescencia. Aunque su causa exacta no se conoce por completo, investigaciones han demostrado que afecta el desarrollo del cerebro, especialmente en áreas relacionadas con el control motor, la regulación emocional y la función ejecutiva.

En este artículo exploraremos cómo el síndrome de Tourette afecta el cerebro y el neurodesarrollo, su impacto en niños y adolescentes, y cómo un enfoque integral puede ayudar a mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.

¿Qué es el síndrome de Tourette?

El síndrome de Tourette es un trastorno neuropsiquiátrico que se manifiesta a través de tics involuntarios. Los tics son movimientos o sonidos repetitivos que la persona no puede controlar fácilmente. Estos pueden dividirse en:

  • Tics motores: parpadeo excesivo, movimientos de cabeza, encogimiento de hombros, gestos faciales.
  • Tics vocales: carraspeo, gruñidos, repetición de palabras, incluso coprolalia (uso involuntario de palabras obscenas, aunque esto es poco común).

El ST suele diagnosticarse entre los 5 y 7 años, alcanzando su punto máximo en la adolescencia y mejorando en muchos casos en la adultez. Sin embargo, su impacto en el neurodesarrollo es significativo.

El cerebro en el síndrome de Tourette

El cerebro de un niño o adolescente con ST presenta alteraciones en varias áreas clave:

1. Ganglios basales y control del movimiento

Los ganglios basales son estructuras profundas del cerebro encargadas de regular el movimiento. En el ST, hay una disfunción en estos circuitos, lo que provoca tics involuntarios. Se cree que hay un desequilibrio en los neurotransmisores, especialmente la dopamina, lo que genera una hiperactividad en estas áreas.

2. Corteza prefrontal y funciones ejecutivas

La corteza prefrontal es fundamental para el autocontrol, la toma de decisiones y la regulación emocional. En el ST, la conectividad entre esta región y los ganglios basales está alterada, lo que dificulta el control de los impulsos y puede contribuir a síntomas como la falta de atención o la impulsividad.

3. Sistema límbico y regulación emocional

El sistema límbico, que regula las emociones, también se ve afectado en niños con ST. Esto puede explicar por qué muchos presentan ansiedad, cambios de humor o incluso trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) asociados.

4. Neurotransmisores involucrados

Los estudios han identificado que en el ST hay un desequilibrio en neurotransmisores clave como:

  • Dopamina: relacionada con el control del movimiento. En exceso, puede aumentar la presencia de tics.
  • Serotonina: implicada en la regulación emocional, cuya alteración puede contribuir a la ansiedad y el TOC.
  • GABA (ácido gamma-aminobutárico): un neurotransmisor inhibitorio que regula la actividad neuronal y que en el ST parece estar disminuido, lo que favorece la aparición de tics.
Neurodesarrollo en niños y adolescentes con síndrome de Tourette

El neurodesarrollo es el proceso por el cual el cerebro se organiza y madura. En niños y adolescentes con ST, este proceso se ve alterado, especialmente en las siguientes áreas:

1. Desarrollo del control motor

El ST impacta en la adquisición de habilidades motoras finas y gruesas, lo que puede afectar la escritura, la coordinación y el desempeño en deportes. Muchos niños con ST presentan dispraxia, es decir, dificultad para planificar y ejecutar movimientos voluntarios.

2. Desarrollo del lenguaje

Si bien el ST no afecta directamente la capacidad de hablar, los tics vocales pueden interferir con la fluidez verbal. Además, cuando hay comorbilidad con TDAH o TOC, algunos niños pueden presentar dificultades en la organización del discurso o en la comprensión de instrucciones complejas.

3. Desarrollo de la atención y la memoria

Muchos niños con ST también presentan déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Esto puede dificultar su capacidad para concentrarse en el aula, seguir instrucciones y completar tareas escolares. También pueden tener problemas con la memoria de trabajo, lo que afecta su aprendizaje.

4. Regulación emocional y socialización

Los niños y adolescentes con ST pueden experimentar ansiedad social debido al miedo al rechazo o la burla por sus tics. Esto puede llevarlos a evitar situaciones sociales o a desarrollar baja autoestima. Además, la impulsividad y la dificultad para interpretar señales sociales pueden generar conflictos con compañeros o familiares.

Neurofeedback en el síndrome de Tourette: por qué funciona y sus beneficios

El neurofeedback es una técnica avanzada que entrena el cerebro para mejorar su autorregulación. En el caso del síndrome de Tourette (ST), ha demostrado ser una herramienta prometedora para reducir la frecuencia e intensidad de los tics, mejorar la atención y regular la impulsividad.

A continuación, exploramos cómo el neurofeedback actúa sobre el cerebro de los niños y adolescentes con ST y qué beneficios aporta a su neurodesarrollo.

¿Cómo funciona el neurofeedback en el cerebro con Tourette?

El neurofeedback es una forma de biofeedback cerebral que utiliza sensores colocados en el cuero cabelludo para medir la actividad eléctrica del cerebro. A través de un software especializado, se muestra en tiempo real cómo funciona la actividad neuronal, permitiendo que el paciente aprenda a modificar sus patrones cerebrales mediante estímulos visuales y auditivos.

En el ST, el problema radica en un desequilibrio en la actividad cerebral, particularmente en los ganglios basales, la corteza prefrontal y el sistema límbico. Estas áreas están implicadas en el control del movimiento, la inhibición de impulsos y la regulación emocional.

El neurofeedback ayuda a:

1. Reducir la hiperactividad en los ganglios basales, responsables de los tics motores y vocales.

2. Mejorar la conectividad entre la corteza prefrontal y las áreas motoras, lo que permite un mayor control de impulsos y movimientos involuntarios.

3. Regular la actividad del sistema límbico, disminuyendo la ansiedad y los síntomas de TOC, que suelen coexistir con el ST.

Beneficios del neurofeedback en el síndrome de Tourette

El neurofeedback puede proporcionar mejoras en distintas áreas clave del desarrollo y funcionamiento diario de los niños y adolescentes con ST:

1. Disminución de tics motores y vocales

Uno de los principales beneficios del neurofeedback es la reducción de los tics involuntarios. Esto se logra al entrenar al cerebro para modular la actividad excesiva en los ganglios basales y mejorar la regulación del sistema dopaminérgico, lo que reduce la aparición de movimientos y sonidos involuntarios.

2. Mejora del control de impulsos

Muchos niños con ST también presentan impulsividad, que puede llevarlos a interrumpir conversaciones, moverse constantemente o reaccionar sin pensar. Al fortalecer la corteza prefrontal, el neurofeedback mejora la capacidad de autorregulación, favoreciendo un comportamiento más equilibrado.

3. Reducción de ansiedad y estrés

El ST a menudo se asocia con altos niveles de ansiedad, especialmente porque los tics pueden aumentar en momentos de tensión. El neurofeedback ayuda a entrenar el cerebro para autorregular la respuesta al estrés, reduciendo la intensidad de los síntomas ansiosos y promoviendo un estado de calma.

4. Mejora de la atención y la concentración

Muchos niños con ST también tienen déficit de atención con hiperactividad (TDAH). El neurofeedback ayuda a estabilizar la actividad cerebral, mejorando la capacidad de mantener la atención, seguir instrucciones y completar tareas sin distracción.

5. Mayor regulación emocional

Las dificultades para controlar las emociones son comunes en el ST, lo que puede llevar a cambios bruscos de humor, frustración o agresividad. Con neurofeedback, se fortalece la conexión entre el sistema límbico y la corteza prefrontal, permitiendo una mejor gestión de las emociones.

6. Beneficio a largo plazo y sin efectos secundarios

A diferencia de los medicamentos, el neurofeedback no genera efectos secundarios y sus beneficios pueden mantenerse a largo plazo, ya que el cerebro aprende a autocontrolarse de manera natural.

Conclusión

El neurofeedback es una opción terapéutica efectiva y segura para niños y adolescentes con sindrome de Tourette. Al entrenar el cerebro para mejorar la regulación neuronal, permite reducir los tics, mejorar la atención, controlar impulsos y disminuir la ansiedad.

Dado que el ST involucra alteraciones en la actividad cerebral, el neurofeedback se posiciona como una alternativa valiosa que fortalece el neurodesarrollo sin recurrir exclusivamente a medicación. Si se combina con otras estrategias, como terapia conductual y apoyo escolar, puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de quienes tienen este trastorno.

Diagnóstico y evaluación del síndrome de Tourette

El diagnóstico del ST es clínico, es decir, no existen pruebas de laboratorio específicas. Para diagnosticarlo, los especialistas evalúan:

  • La presencia de tics motores y vocales durante al menos un año.
  • La edad de inicio (antes de los 18 años).
  • La evolución de los síntomas y su impacto en la vida diaria.

Los médicos también descartan otros trastornos neurológicos o psiquiátricos mediante pruebas como la resonancia magnética o estudios neuropsicológicos.

Tratamiento y estrategias para mejorar el neurodesarrollo

El tratamiento del ST debe ser individualizado y puede incluir:

1. Terapia conductual y neurofeedback

La terapia cognitivo-conductual (TCC) ayuda a los niños a desarrollar estrategias para manejar los tics y mejorar el autocontrol.

El neurofeedback es una técnica que entrena el cerebro para mejorar su autorregulación. Mediante sensores que registran la actividad cerebral, el niño aprende a controlar sus respuestas neuronales, lo que puede reducir la intensidad de los tics y mejorar la atención.

En nuestro centro disponemos de un protocolo de trabajo de Neurofeedback que funciona y con los que empezarás a ver resultados entre 3 y 4 semanas.

2. Medicación

En casos más severos, los médicos pueden recetar medicamentos que modulan la dopamina, como los antipsicóticos atípicos o fármacos que reducen la excitabilidad neuronal.

3. Apoyo en la escuela

Es fundamental que los maestros comprendan el ST y brinden adaptaciones como:

  • Permitir pausas activas para liberar tensión.
  • Flexibilizar las evaluaciones y tiempos de respuesta.
  • Fomentar un ambiente de apoyo sin estigmatización.

4. Ejercicio físico y alimentación

El deporte ayuda a liberar estrés y mejorar el control motor, mientras que una dieta equilibrada con ácidos grasos omega-3 puede favorecer la función cerebral.

Convivir con el síndrome de Tourette

El ST no define a un niño o adolescente. Con el apoyo adecuado, la mayoría desarrolla estrategias para manejar los síntomas y llevar una vida plena. La clave está en una detección temprana, un enfoque multidisciplinario y un ambiente de comprensión y apoyo.

Si sospechas que tu hijo o estudiante podría tener ST, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuado.

Testimonios de padres sobre el neurofeedback en niños y adolescentes con síndrome de Tourette

El neurofeedback ha cambiado la vida de muchas familias que conviven con el síndrome de Tourette (ST). A continuación, compartimos tres testimonios de padres cuyos hijos han experimentado mejoras significativas tras este tratamiento.

Testimonio 1: Mi hijo ha recuperado su confianza

Marta, madre de Diego (9 años)

“Cuando a Diego le diagnosticaron síndrome de Tourette, fue un golpe muy duro. Sus tics comenzaron con parpadeos y movimientos de cabeza, pero con el tiempo se volvieron más evidentes y le afectaban en la escuela. Nos recomendaron neurofeedback en el Centro Vaca-Orgaz y, aunque al principio éramos escépticos, decidimos probarlo. Después de unas semanas, empezamos a notar pequeños cambios: los tics disminuyeron en intensidad y Diego estaba más tranquilo. Ahora, después de varios meses de sesiones, ha mejorado su concentración en clase, los tics casi no se notan y, lo más importante, ha recuperado la confianza en sí mismo. Antes evitaba hablar en público por miedo, pero ahora participa más y está feliz. ¡Es un cambio increíble!”

Testimonio 2: Ya no necesitamos la medicación

Luis, padre de Javier (14 años)

“Javier lleva años con Tourette y siempre le recetaron medicación para controlar los tics y la ansiedad. Aunque ayudaba un poco, tenía efectos secundarios como fatiga y cambios de humor. Buscando alternativas, encontramos el neurofeedback y decidimos intentarlo. Al principio, fue un proceso lento, pero después de unas 15 sesiones, los cambios fueron evidentes: los tics eran menos intensos y Javier se sentía más en control de su cuerpo. Con la orientación de su médico, empezamos a reducir gradualmente la medicación y, hoy en día, ¡ya no la necesita! Su ansiedad ha bajado, se concentra mejor en la escuela y se siente más relajado. Nunca imaginé que esto fuera posible sin fármacos, pero el neurofeedback ha sido un antes y un después en su vida.”

Testimonio 3: Menos tics, más calma y mejor relación familiar

Ana, madre de Sofía (12 años)

“Sofía siempre ha sido una niña brillante, pero sus tics le generaban mucha frustración. Intentamos varias terapias, pero los resultados eran limitados. Nos hablaron del neurofeedback y decidimos probar. Poco a poco, notamos que no solo disminuyeron los tics, sino que también su estado de ánimo mejoró. Antes se ponía muy irritable cuando los tics eran intensos, pero ahora está mucho más tranquila. Además, su relación con nosotros y con sus amigos ha mejorado porque ya no se siente tan cohibida. Es un alivio verla disfrutar de cosas que antes evitaba. Estamos muy agradecidos de haber encontrado esta terapia.”

Conclusión

El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico que impacta el neurodesarrollo, afectando el control motor, la atención, la regulación emocional y la socialización en niños y adolescentes. Su origen está en alteraciones en los ganglios basales y un desequilibrio en neurotransmisores clave como la dopamina.

El tratamiento debe ser integral, combinando terapia conductual, neurofeedback, apoyo escolar y, en algunos casos, medicación. La comprensión y el apoyo del entorno son fundamentales para que los niños y adolescentes con ST puedan desarrollarse plenamente.

Estos testimonios reflejan cómo el neurofeedback puede transformar la vida de niños y adolescentes con síndrome de Tourette. Desde la reducción de tics hasta mejoras en la confianza, el control emocional y la disminución de medicación, esta terapia ofrece una alternativa efectiva para muchas familias.

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