Vuelta de vacaciones: la rutina y los hábitos en niños

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Vuelta de vacaciones: la rutina y los hábitos en niños

Muchos padres a la vuelta de las vacaciones verbalizan la problemática que tienen con sus hijos a la hora de que vuelvan a retomar las rutinas. De irse a la cama a su hora, de comer con tiempos, ponerse hacer los deberes o de volver a organizarse. Estos momentos que surgen en la rutina diaria, acaban siendo un desafío. Y un cúmulo de conflictos al acabar el día, sobre todo con aquellos niños que les cuesta adaptarse de una manera más rápida a los cambios.

Estas dificultades suelen aparecer con mayor asiduidad e intensidad cuando regresan de un periodo vacacional alargado. En el que en algunos casos llegan a regularse con el paso de los días.

En vacaciones los más pequeños no paran de jugar, de alargar las horas de sueño y de irse a dormir. Además de disfrutar de estar con amigos y familia. Multiplicándose los momentos de ocio y de diversión, siendo estas situaciones para ellos muy reforzantes.

Es por tanto, que tras la vuelta de las vacaciones los niños siguen anclados en el “modo vacaciones”. Pero la realidad es otra y es que necesitan una nueva rutina. Con la que puedan compaginar las horas de cole, deberes, de extraescolares y de ocio. Además de que vayan habituándose a los nuevos patrones de sueño y horario establecidos. Tan importantes para su correcto desarrollo y rendimiento.

Por ello, es recomendable hablarlo unos días antes con el niño, crear un planing con los horarios. Tiempos de tareas y de ocio, para que poco a poco puedan comenzar progresivamente con algunas de las rutinas establecidas. Esto les ayudará a que los primeros días de cole sean menos duros. Que tengan una mejor adaptación y una guía sobre lo que les toca hacer.

Además, esto favorecerá la interiorización y mentalización de las cosas que se tienen que volver a retomar, sin que resulte un impacto para el niño. Evitando las situaciones en las que el tiempo de ocio se alargue. Por ejemplo a la hora de irse a la cama se descontrole y con ello el aumentando las rabietas, los conflictos y el malestar en el ambiente familiar.

Ante estas situaciones es importante no instaurar en los primeros días una batalla entre padres e hijos. Sino ser comprensivos, darles tiempo, reforzándoles y premiándoles todos los avances y cambios por la adaptación a la nueva situación.

Rocío Delgado

Psicóloga Sanitaria