Depresión embarazo o nacimiento del bebé

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Depresión durante el embarazo o inmediatamente al nacimiento del bebé

Son muchas las mujeres que al quedarse embarazas, viven la maternidad como algo realmente positivo. Como una etapa muy bonita de su vida donde se experimentan sensaciones, emociones y sentimientos realmente maravillosos. Sin embargo, otras muchas mujeres, a lo largo del embarazo y después de dar a luz, experimentan síntomas depresivos. Evidentemente, esta etapa no se vivencia como algo tan agradable.

Hay un porcentaje elevado de mujeres que durante el período perinatal padecen depresión y no son diagnosticadas. El por qué no se establece un diagnostico, podría deberse al estigma asociado con la depresión. A que entre las embarazadas puede considerarse que cierta sintomatología es habitual durante este período. O a diferentes dificultades que se puedan encontrar a la hora de buscar un tratamiento. A veces se pueden escuchar comentarios del tipo, esto es algo normal, a mí también me pasó o solo estás cansada.

La falta de interés por realizar actividades del día a día, sentimientos de tristeza o de desesperanza. Sensaciones de culpa,  fatiga, llanto o irritabilidad. Los trastornos del sueño-vigilia o del apetito, van a causar un malestar significativo. También puede haber presencia de pensamientos dañinos hacia ella misma o hacia el bebé. Y los denominados mitos de la maternidad:

  •  “he de ser una buena madre”
  • “no necesito de ayuda”
  • “puedo hacerlo todo” 
  • “voy a querer a mi hijo desde el primer minuto”.

 

Durante el primer trimestre, las mujeres embarazadas pueden tener síntomas propios del embarazo entendidos como algo normal y habitual. Pero hay veces que estos síntomas y cambios que la futura mamá tiene, pueden esconder un trastorno del estado de ánimo real.

Tras la llegada del bebé y si no se recibe un adecuado tratamiento, los episodios de llanto, el cansancio, las dificultades de sueño, y el resto de los síntomas pueden mantenerse en el tiempo, durante semanas, meses o incluso también años.

 

La depresión materna, si no se atiende de manera adecuada, puede implicar consecuencias en el desarrollo del bebé, en la relación y en el vínculo que se establezca entre la madre y su hijo o en la pareja, ya que la depresión prenatal para muchas mujeres es seguida como ya se ha comentado, por la posnatal, quedando doblemente expuestos los niños.

 

Parecen mostrarse más negativas, incapaces de ejercer como madres, interactúan menos con los hijos, sus cuidados pueden verse afectados. Los hijos a su vez se mostrarían menos reactivos, incluso podrían evitar la mirada. En edad escolar, el rendimiento académico en los niños sería inferior y a largo plazo, podrían encontrarse dificultades a nivel social. Entre las mamás que han padecido depresión durante su embarazo, es más frecuente además, los abortos involuntarios, un peso inferior del bebé al nacer, un nacimiento prematuro, un crecimiento del feto más lento. Los hijos pueden tener una autoestima baja, mostrarse más irritables, o también, mostrar dificultades de atención o en el desarrollo cognitivo y lingüístico.

Por ello es importante un diagnóstico precoz, para poder dotar a las madres de estrategias que les permitan afrontar el embarazo y la maternidad con más ilusión y de una forma más positiva y saludable. De esta manera se podría trabajar sobre sus miedos y preocupaciones, sobre cómo manejar el tiempo, cómo y cuándo pedir ayuda, cómo mostrase asertivas, el momento de dar a luz, el dolor, se intervendría también en la disminución de la tensión física y mental, en la autoestima, en los pensamientos desadaptativos,…

 

La Psicología Perinatal sería el ámbito de la Psicología que se centraría en el proceso del embarazo, parto y posparto y en los problemas psicológicos asociados que afectan tanto a la madre como al bebé.

 

Se evidencia claramente, la necesidad de asignar recursos para la detección y el tratamiento de la depresión perinatal y en general, de todos los aspectos en torno a la salud mental de las mujeres, sus hijos y parejas durante el embarazo, durante el nacimiento y durante el período posnatal.

 

Y para ello, también es importante tener en cuenta cuales son los principales factores de riesgo para sufrir depresión en la etapa perinatal:

 

  • Diagnóstico de depresión previo al embarazo.
  • Falta de apoyo a nivel social: familia, amigos, pareja.
  • Violencia doméstica.
  • Estatus en las relaciones de pareja.
  • Tipo de cobertura médica.
  • Eventos estresantes: fallecimiento de un familiar, pérdida de trabajo, divorcio o separación, dificultades económicas.
  • Ansiedad materna.
  • Interés por quedarse embarazada.
  • Estado socioeconómico.
  • Otros factores que presentan resultados más inconsistentes: edad de la madre, historia obstétrica previa, consumo de alcohol, de tabaco o de otras sustancias,…

 

Miriam Benavides

Psicóloga

 

 

Bibliografía:

 

  • Marcos-Nájera, R., De la Fe Rodríguez-Muñoz, M., Izquierdo-Méndez, N., Olivares-Crespo, M.E., y Sotoc, C. (2017). Depresión perinatal: rentabilidad y expectativas de la intervención preventiva. Clínica y Salud, 28, 49–52.
  • Olivares, M.E., Sotoc, C., De la Fe Rodríguez-Muñoz, M., Izquierdo, N., y Le Huynh-Nhu (2016). Prevención de la depresión perinatal. Clínica y Salud, 27, 97–99.
  • Sherry H. Goodman, PhD, Matthew H. Rouse, MA, MSW. (2010). Depresión Perinatal y los Niños: Una Perspectiva del Desarrollo. Emory University, EE.UU
  • http://www.infocop.es/view_article.asp?id=6117