Psicología infantil: Comportamiento agresivo en los niños

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Imagen-021-300x225La agresividad se define como la tendencia a actuar o a responder violentamente. Es el estado emocional que nos lleva a hacer daño a otras personas, a los animales o a dañar objetos o cosas. El daño puede producirse tanto a nivel físico como a nivel psicológico hacia una persona y, en el caso de los niños, los mordiscos, los arañazos, los insultos, las extorsiones,…, son algunas de las formas de agresión que pueden observarse. Los niños que manifiestan este tipo de comportamiento, no tienen en cuenta los sentimientos de los demás, de esta manera, los derechos fundamentales del resto de los niños o adultos, no se ven respetados.

Si atendemos al componente más fisiológico, entre los síntomas físicos más comunes que se producen en el cuerpo del niño se encuentran:

  • El aumento de la respiración
  • El aumento de la tensión arterial
  • El aumento de la frecuencia cardiaca o taquicardia
  • El aumento del tono muscular
  • La cabeza erguida
  • El tono de voz elevado
  • La postura erecta
  • Los hombros posicionados hacia atrás
  • Los dolores de cabeza,…

Los niños que llevan a cabo comportamientos agresivos, interpretan el comportamiento de los demás con hostilidad y la manera que tienen de no parecer vulnerables ante los otros, es defenderse mediante la agresividad. Los pensamientos de injusticia van a estar presentes y solo les importa conseguir lo que quieren, sin tener en cuenta las consecuencias que pueden derivarse de sus actos. Algunos ejemplos de pensamientos serían: “no es justo que tenga que hacer ahora los deberes, ”quiero jugar a mi videojuego preferido”, “es un perdedor”, “voy a ganar como sea”, “quiero eso”, “vaya rollo, estoy harto, paso de hacerlo”, “le odio”, “me da igual lo que digan, que lo hagan ellos”, “es un tramposo”,…

Respecto a la respuesta que puede dar el niño (componente motor o conductual) podemos hablar de una agresividad física y de una agresividad verbal. Entre las formas de agresión física más comunes podemos citar:

  • Golpes, empujones, dar patadas o puñetazos, morder, pellizcar, escupir o tirar del pelo
  • Tirarse al suelo
  • Tirar cosas, romperlas o esconderlas
  • Muecas, expresiones faciales de desprecio,…

Entre los comportamientos disruptivos verbales, destacan:

  • Humillar, poner motes, las burlas, los insultos. Hablar mal de otros
  • Decir palabrotas
  • Intimidaciones, amenazas
  • Difundir cotilleos,…

Lo que hace el niño, es consecuencia de una emoción, la ira, la cual surge a partir de sus propios pensamientos, por ello es muy importante que el niño aprenda a identificar las señales que le indican de la presencia de la ira o el enfado: señales fisiológicas, cognitivas y motoras.

En niños muy pequeños, las conductas agresivas son más frecuentes, por la falta de recursos de los que disponen para responder al entorno de una manera adecuada, pero estos comportamientos se convertirán en un problema, si en lugar de disminuir, a medida que el niño va creciendo, aumentan.

Miriam Benavides

Psicóloga